Desde PODEMOS-PRADO DEL REY queremos mostrar nuestra preocupación por este tema y pensamos que deben ponerse en marcha de forma inmediata programas educativos, tanto en las escuelas como en el instituto, para hacer frente desde la educación a esta lacra. Ni un minuto debe perderse en atajar este asunto.
Por otra parte desde el ayuntamiento se deben realizar cuantas campañas de sensibilización sean necesaria para prevenir estas adicciones entre los jóvenes de nuestro pueblo.
La batalla contra la droga es larga, permanente y constante. «Quitas un comprador, sale otro, para esto siempre hay relevo», suelen decir los agentes que la combaten. Este 'negocio', cuyo mayor beneficio se basa en la adicción, también es amplio, y se manifiesta de formas muy diferentes según a qué te dediques, lo que vendas y a quien lo hagas. No es lo mismo surtir a 'camellos' en una ciudad grande, que servir de intermediario de grandes proveedores de Marruecos, que vender en puerta a consumidores en espacios pequeños. No es igual dedicarse al hachís, que a la cocaína, a la heroína, las pastillas o la marihuana. Por asuntos penales (para quien lo elige), pero también por el peligro y el poder de propagación que conlleva cada sustancia en sí. Y este poder es mayor en los pueblos pequeños donde las relaciones son más estrechas y los círculos se cierran más. Si un amigo cae, puede caer el que siempre está con él. Y así, sucesivamente.
Hace poco en un operativo desplegado por la Guardia Civil en Prado del Rey, en la Sierra de Cádiz, contra el trapicheo de cocaína, uno de los detenidos al que habían pillado con bastantes gramos encima de la mesa listos para darles salida, se excusaba con los agentes:«Yo no me dedico a vender. Eso es para mi consumo y el de mis amigos». Sin embargo, al lado de esas dosis, en un aparador de la cocina y en la salita, tenía todo tipo de útiles para el corte de las sustancias, el precinto de papelas y demás labores de venta y distribución.
Y este no ha sido el único episodio reciente. Esta semana se volvía a tener noticias de otro activo punto de venta de cocaína desarticulado en El Bosque. Y es que cada vez son más los operativos que la Guardia Civil está poniendo en marcha en la Sierra de Cádiz contra este tipo de narcotráfico a pequeña escala. «El consumo de cocaína ha crecido», cuenta uno de los agentes responsables. «Este tráfico está al alza en toda España pero es verdad que en los pueblos pequeños hace mucho más daño. Sobre todo a la gente joven», advierte. Se refiere por ejemplo a chicos que acaban de cumplir la mayoría de edad y se encierran en ese mundo de ‘fiestas’ «que terminan por anular y acabar por completo con su futuro».
Como el detenido en este último operativo. Un joven de tan solo 23 años. Le empezaron a investigar tras tener algunas informaciones sobre a qué podría estar dedicándose. Además, su espontáneo buen nivel de vida le delató. Empezó a levantar sospechas. Hasta que se destapó lo que escondía:un activo punto de venta de cocaína.
En los registros efectuados se le incautaron 93 gramos de esta droga, además de otros 400 de marihuana. «Aproximadamente podía estar vendiendo de 100 a 130 gramos a la semana». Más de un centenar de dosis en un pueblo de algo más de dos mil habitantes. A la semana, insistimos. «También tenía compradores de fuera. De los pueblos de alrededor como Prado del Rey, Benamahoma, Ubrique...». En total, se calcula que tenía una cartera de unos 75 clientes fijos. Un número considerable si se pone en relación con la densidad poblacional de estas localidades. «Aquí los círculos son más pequeños y cuando uno consume hay más posibilidades que también lo hagan sus amigos o personas allegadas».
El perfil de estos vendedores no cumple un patrón concreto. «Da igual el estatus social, su economía... es gente que encuentra que hay un negocio y va a por ello aunque no sea legal. Saben que el consumidor de droga, sus clientes, siempre van a estar pensando en la próxima dosis».
Más procedimientos abiertos
En la última memoria anual que ha dado a conocer la Fiscalía Antidroga de Cádiz llama la atención un dato en cuanto a este tráfico a pequeña escala. Y es que, según se precisa, han crecido las actuaciones policiales que se han desarrollado en la provincia contra el menudeo de cocaína. En 2018 se incoaron 114 procedimientos, casi una decena de casos por mes relacionados con personas que habían sido detenidas por traficar con esta sustancia.
Otro de estos operativos contra el menudeo de cocaína y otras sustancias se realizó hace tan solo unos meses en Prado del Rey. Hubo hasta cuatro detenidos. El principal implicado, un hombre de unos 50 años que regenta un céntrico bar en este municipio de unos 6.000 habitantes. Durante las vigilancias y aprehensiones realizadas, los investigadores del puesto de Prado pudieron confirmar que en dicho local se traficaba. Pero además, al parecer, también se consumía en un local anexo de ese mismo establecimiento.
En las inspecciones al bar se encontró uno de las incautaciones más importantes, un buen pesaje de cocaína en roca, una mercancía de gran valor.
Un episodio parecido, con detenidos y registros, se producía ese mismo día unas horas antes en Arcos. Allí los agentes de ese cuartel detenían a dos mujeres como supuestas autoras de otro delito contra la salud pública acusadas de traficar también al menudeo.
Estas dos mujeres, desempleadas, vendían desde su casa de la Barriada de las Malvinas, incluso, según se detectó, a algún menor. «Lo hacían a cualquier hora del día y a clientes de todas las edades».
«Se ha perdido el miedo». El temor a caer en la droga. Y es que según los expertos que trabajan en colectivos de ayuda a personas con adicciones, muchos de los que están comenzando a consumir no tienen la llamada 'memoria colectiva' de aquella época negra de los 80 y principios de los 90 cuando el 'caballo' dejó atrás y tiradas a cientos de personas.