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domingo, 29 de septiembre de 2019

La situación de suciedad de los contenedores de basura sigue igual.

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Nuevamente desde PODEMOS-PRADO DEL REY queremos manifestar nuestra protesta por la falta de limpieza en nuestro pueblo. 

Las fotografías anteriores corresponden al  viernes 20 de septiembre a las 11:00 h. de la mañana, en pleno centro de la localidad, en concreto en la fachada lateral de la Biblioteca Municipal y Juzgado de Paz.

Además de que no se debe permitir tirar basura fuera del horario establecido, cosa que se incumple en estos contenedores, y en muchos otros, de forma sistemática, es intolerable el estado de suciedad y mal olor en que se encuentran éstos que están ubicados en pleno centro. 

No parece que sea una buena imagen para el desarrollo turístico ni para mantener el lema de "Jardín de la Sierra" de Prado del Rey.

Es la segunda vez que hacemos esta denuncia pública del estado de los contenedores. Esperamos que el equipo de gobierno, formado por seis personas "liberadas" (cobrando del presupuesto) se dignen tomar alguna medida al respecto.

Es evidente que sería necesario, además de una mejor y más eficaz labor de limpieza, el poner en marcha una campaña de concienciación pública sobre este tema.


domingo, 4 de agosto de 2019

La 'coca' golpea fuerte en la Sierra de Cádiz

Desde PODEMOS-PRADO DEL REY queremos mostrar nuestra preocupación por este tema y pensamos que deben ponerse en marcha de forma inmediata programas educativos, tanto en las escuelas como en el instituto, para hacer frente desde la educación a esta lacra. Ni un minuto debe perderse en atajar este asunto.
Por otra parte desde el ayuntamiento se deben realizar cuantas campañas de sensibilización sean necesaria para prevenir estas adicciones entre los jóvenes de nuestro pueblo.
La batalla contra la droga es larga, permanente y constante. «Quitas un comprador, sale otro, para esto siempre hay relevo», suelen decir los agentes que la combaten. Este 'negocio', cuyo mayor beneficio se basa en la adicción, también es amplio, y se manifiesta de formas muy diferentes según a qué te dediques, lo que vendas y a quien lo hagas. No es lo mismo surtir a 'camellos' en una ciudad grande, que servir de intermediario de grandes proveedores de Marruecos, que vender en puerta a consumidores en espacios pequeños. No es igual dedicarse al hachís, que a la cocaína, a la heroína, las pastillas o la marihuana. Por asuntos penales (para quien lo elige), pero también por el peligro y el poder de propagación que conlleva cada sustancia en sí. Y este poder es mayor en los pueblos pequeños donde las relaciones son más estrechas y los círculos se cierran más. Si un amigo cae, puede caer el que siempre está con él. Y así, sucesivamente.
Hace poco en un operativo desplegado por la Guardia Civil en Prado del Rey, en la Sierra de Cádiz, contra el trapicheo de cocaína, uno de los detenidos al que habían pillado con bastantes gramos encima de la mesa listos para darles salida, se excusaba con los agentes:«Yo no me dedico a vender. Eso es para mi consumo y el de mis amigos». Sin embargo, al lado de esas dosis, en un aparador de la cocina y en la salita, tenía todo tipo de útiles para el corte de las sustancias, el precinto de papelas y demás labores de venta y distribución.
Y este no ha sido el único episodio reciente. Esta semana se volvía a tener noticias de otro activo punto de venta de cocaína desarticulado en El Bosque. Y es que cada vez son más los operativos que la Guardia Civil está poniendo en marcha en la Sierra de Cádiz contra este tipo de narcotráfico a pequeña escala. «El consumo de cocaína ha crecido», cuenta uno de los agentes responsables. «Este tráfico está al alza en toda España pero es verdad que en los pueblos pequeños hace mucho más daño. Sobre todo a la gente joven», advierte. Se refiere por ejemplo a chicos que acaban de cumplir la mayoría de edad y se encierran en ese mundo de ‘fiestas’ «que terminan por anular y acabar por completo con su futuro».
Como el detenido en este último operativo. Un joven de tan solo 23 años. Le empezaron a investigar tras tener algunas informaciones sobre a qué podría estar dedicándose. Además, su espontáneo buen nivel de vida le delató. Empezó a levantar sospechas. Hasta que se destapó lo que escondía:un activo punto de venta de cocaína.
Un joven de 23 años ha sido el último detenido en El Bosque por vender droga de manera muy activa
En los registros efectuados se le incautaron 93 gramos de esta droga, además de otros 400 de marihuana. «Aproximadamente podía estar vendiendo de 100 a 130 gramos a la semana». Más de un centenar de dosis en un pueblo de algo más de dos mil habitantes. A la semana, insistimos. «También tenía compradores de fuera. De los pueblos de alrededor como Prado del Rey, Benamahoma, Ubrique...». En total, se calcula que tenía una cartera de unos 75 clientes fijos. Un número considerable si se pone en relación con la densidad poblacional de estas localidades. «Aquí los círculos son más pequeños y cuando uno consume hay más posibilidades que también lo hagan sus amigos o personas allegadas».
El perfil de estos vendedores no cumple un patrón concreto. «Da igual el estatus social, su economía... es gente que encuentra que hay un negocio y va a por ello aunque no sea legal. Saben que el consumidor de droga, sus clientes, siempre van a estar pensando en la próxima dosis».

Más procedimientos abiertos

En la última memoria anual que ha dado a conocer la Fiscalía Antidroga de Cádiz llama la atención un dato en cuanto a este tráfico a pequeña escala. Y es que, según se precisa, han crecido las actuaciones policiales que se han desarrollado en la provincia contra el menudeo de cocaína. En 2018 se incoaron 114 procedimientos, casi una decena de casos por mes relacionados con personas que habían sido detenidas por traficar con esta sustancia.
Otro de estos operativos contra el menudeo de cocaína y otras sustancias se realizó hace tan solo unos meses en Prado del Rey. Hubo hasta cuatro detenidos. El principal implicado, un hombre de unos 50 años que regenta un céntrico bar en este municipio de unos 6.000 habitantes. Durante las vigilancias y aprehensiones realizadas, los investigadores del puesto de Prado pudieron confirmar que en dicho local se traficaba. Pero además, al parecer, también se consumía en un local anexo de ese mismo establecimiento.
En las inspecciones al bar se encontró uno de las incautaciones más importantes, un buen pesaje de cocaína en roca, una mercancía de gran valor.
Un episodio parecido, con detenidos y registros, se producía ese mismo día unas horas antes en Arcos. Allí los agentes de ese cuartel detenían a dos mujeres como supuestas autoras de otro delito contra la salud pública acusadas de traficar también al menudeo.
Estas dos mujeres, desempleadas, vendían desde su casa de la Barriada de las Malvinas, incluso, según se detectó, a algún menor. «Lo hacían a cualquier hora del día y a clientes de todas las edades».
«Se ha perdido el miedo». El temor a caer en la droga. Y es que según los expertos que trabajan en colectivos de ayuda a personas con adicciones, muchos de los que están comenzando a consumir no tienen la llamada 'memoria colectiva' de aquella época negra de los 80 y principios de los 90 cuando el 'caballo' dejó atrás y tiradas a cientos de personas.

lunes, 29 de julio de 2019

Una reseña del libro “La trampa de la diversidad. Cómo el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase trabajadora”

Desde PODEMOS-PRADO DEL REY queremos recomendar la lectura de este libro:

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La reseña está escrita por: 

El libro de Daniel Bernabé constituye un exponente más de la necesaria rearticulación de la reivindicación del papel de la clase trabajadora y el conflicto capital/trabajo como el punto central de cualquier proyecto que se reivindique  de izquierdas, realmente transformador y rupturista. Además, representa la respuesta a una izquierda reformista que lleva en las dos últimas décadas, al menos, sin un sujeto transformador claro y totalmente entregada al mercadeo electoralista, perdiendo así la claridad y dirección en un proyecto político que se suponía que era la defensa de los explotados por el capitalismo. 

Por un lado, la socialdemocracia clásica que se convirtió hacia el neoliberalismo en lo que se podría denominar como socioliberalismo (Tercera Vía de Blair como máximo exponente) y por el otro, las nuevas socialdemocracias que hablan de “la gente, la ciudadanía, el pueblo o la patria” pero cuyas alusiones al antagonismo capital/trabajo son escasas, tímidas o directamente nulas. 
Entonces, ¿qué ha diferenciado a la izquierda reformista de las derechas? Pues como alude Bernabé en su obra han sido las “guerras culturales”, que situaban el conflicto en lo meramente simbólico y no en lo laboral o económico, tal como ocurrió con el gobierno de Zapatero en España: 
“La política española se empezó a parecer cada vez más a la norteamericana no sólo por la presencia abrumadora del bipartidismo, que del consenso del Estado del bienestar había pasado al consenso del neoliberalismo, no sólo por la presencia de la clase media como clase aspiracional para todos, sino además porque habíamos importado conceptos como el de la corrección política y el centro de gravedad del debate se había desplazado de la redistribución económica a la representación simbólica.”[1]
Y esas situaciones por experiencia histórica ya sabemos al final a quién terminan beneficiando, a la derecha y al capital, ante la falta de verdadero proyecto político de una izquierda que se olvidó de la clase trabajadora y de construir una alternativa al capitalismo.
Progresía neoliberal e interseccionalidad
Un hito importante en la conversión de la socialdemocracia de forma definitiva hacia el neoliberalismo y las alabanzas al capitalismo fue la Tercera Vía de Tony Blair que terminó por destruir las bases del Partido Laborista británico en lo que se denominó como New Labour:
“Blair tuvo su Suresnes particular al eliminar la histórica cláusula IV del Partido Laborista que defendía la propiedad común de los medios de producción, distribución e intercambio. En una entrevista de campaña, el nuevo candidato laborista decía mirando a cámara mientras conducía su utilitario en mangas de camisa que de hecho, el Partido Laborista está con la clase media.”[2]
Las referencias a la clase trabajadora desaparecieron a pesar de que es la mayoritaria en la sociedad, y se pasó a hablar de “clase media” continuamente, el clásico “todos somos clase media”. Por otra parte, se empezaron a tratar en el contexto de las guerras culturales las discriminaciones por género, raza u orientación sexual de forma totalmente desvinculada a la opresión capitalista, que utiliza y potencia dichas diferencias para aumentar la explotación; y de hecho, dichas reivindicaciones son y han sido utilizadas y mercantilizadas por el capitalismo, como puede ser el caso del denominado gaypitalismo:
“[…] existe una aceptación acrítica del neoliberalismo por parte de las minorías, como en el llamado gaypitalismo, donde los modos de vida de los miembros prominentes de la comunidad homosexual se adaptan a los valores dominantes del libre mercado. Así la consecución de los derechos LGTB se concibe como una cuestión de acceso a los bienes y el respeto que la sociedad tributa como una cuestión meritocrática. De esta manera, se está trasmitiendo el mensaje de que los problemas que encuentra un homosexual no son sistémicos, sino derivados de la actitud del individuo”[3]
En el caso de Estados Unidos, este neoliberalismo “progre”, que tan útil ha sido en la llegada a la presidencia de Donald Trump, lo vemos representado en figuras como las de Oprah Winfrey:
“A raíz de las denuncias de acoso sexual en el ámbito artístico en EEUU, Winfrey dio un contundente y emotivo discurso en la entrega de los Globos de Oro al respecto. La intervención fue celebrada y compartida en redes sociales hasta la saciedad, muchas mujeres feministas vieron en sus palabras una inspiración. Winfrey es un gran producto en el mercado de la diversidad, es mujer, negra y de orígenes pobres. Y una de las más grandes difusoras de la ideología neoliberal en el mundo. Su programa de testimonios, donde habitualmente  la materia prima utilizada son las mujeres de clase trabajadora, pasó a mediados de los noventa de ser un espacio lacrimógeno y más o menos insustancial a recoger toda la morralla del pensamiento positivo, los libros de autoayuda y los gurús de la superación.”[4]
La trampa de la diversidad, la mercantilización electoralista del proyecto político y la “nueva política” post-15M
La denominada “nueva política” y los nuevos activismo post-15M en cierto sentido no se diferencian excesivamente del progresismo neoliberal en sus planteamientos, más centrados en un planteamiento interseccional de las discriminaciones de minorías y obviando la construcción de un proyecto político de carácter anticapitalista y basado en la mayoría asalariada de la sociedad. En ese sentido, Bernabé expone varios ejemplos al respecto, como la visión de Íñigo Errejón del partido como un producto a consumir  más:
“[…] atendiendo a las palabras de Errejón, la transformación de la política en un producto no sólo se conoce sino que se acepta. Así el líder político se convierte en un icono pop, vacío y ahistórico sin ningún lastre del pasado que mantiene con sus votantes una relación mercantil, `me prometiste que si yo compraba este aparato me iba a producir felicidad´. Lo ya visto en Clinton, Blair, Zapatero y Obama se traslada sin prejuicios a la política del cambio, un cambio abstracto del que, si bien conocemos algunos datos sobre el punto de partida, qué es lo entendido como susceptible de transformarse, desconocemos en gran medida a dónde quiere llegar, su horizonte. ¿La felicidad, tal vez?”[5]
El autor alude precisamente al caso del ayuntamiento de Madrid con Manuela Carmena como la concreción de esta nueva política mercantilizada:
“Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, llegó a la alcaldía por múltiples factores, pero entre ellos por cosificarse como un producto que el votante progresista compró en las elecciones…Existen, por tanto, dos Carmenas, el producto aspiracional y la real, es decir, la persona con una ideología definida que le ha hecho optar en su gestión por unas políticas, en lo material, con muchos menos cambios de los esperados.” 
En ese sentido, el llamado “carmenismo” constituye un ejemplo de continuidad con el socioliberalismo en un proyecto centrado en lo simbólico y superficial con una ausencia de políticas reales dirigidas a la superación del modelo capitalista. Afirma Bernabé:
“¿Cuál es la forma de simular este concepto del cambio? Las guerras culturales, aquellos conflictos centrados en lo simbólico. Por ejemplo peatonalizar grandes calles del centro, lo que simboliza una movilidad sostenible, que cuenta, por el contrario, con un trasfondo bien concreto que coincide con los intereses económicos de las grandes marcas de ropa situados en esas calles. Colocar una pancarta de Refugees Welcome cuando apenas llegó ninguno a territorio español…La derecha, política y mediática, asume con gusto estos conflictos en el campo de los simbólico, ya que le permiten agitar su lado más reaccionario sin jugarse el tipo en campos como el urbanístico o el fiscal, que le son desfavorables.”[6]
Respecto a los activismos de la posmodernidad, el autor cita una afirmación en Twitter del humorista Ignatius Farray que evidencia de forma bastante clara los problemas de la izquierda interseccional, que olvidó a la clase trabajadora y la cuestión económica en la lucha de clases: 
“Me he encontrado a una persona que necesita ayuda pero no es ni MUJER, ni LGTB, ni DISFUNCIONAL, ni pertenece a ningún COLECTIVO RACIAL DESFAVORECIDO, así que le he pegado una paliza por FACHA.”[7]
Desactivación de la trampa de la diversidad y críticas a la obra desde el reformismo institucionalizado
En la última parte de la obra, Bernabé realiza propone algunas ideas para llevar a cabo una desactivación de esa trampa de la diversidad, aclarando que “no es un libro contra la diversidad, es decir, contra la pluralidad de nuestras sociedades…sí es un libro que trata de desvelar la transformación de la identidad en un producto aspiracional que compite en un mercado”. Y aunque la obra no propone de forma cerrada un proyecto de recuperación del movimiento obrero del siglo XX, sí da algunas pistas al respecto que se enmarcan en un rechazo a las ilusiones reformistas que aceptan el marco de la democracia burguesa capitalista:
“[…] la izquierda actual debería revisar su esperanza de competir siendo un producto más de esta sociedad. Blair y el New Labour quedaron hechos trizas hace ya bastante tiempo, es hora de hacer trizas sus sentidos comunes, sus verdades aparentes…Cualquier izquierda mínimamente transformadora nunca tendrá al alcance estas herramientas de gestión y análisis de datos masivos. Esto unido a un gigantesco y perfeccionado sistema cultural y de entretenimiento e información parcial hace que las posibilidades de obtener una simple victoria electoral se reduzcan dramáticamente…Pensar que este conflicto se puede puentear mediante el populismo, el asalto a los medios o la desestructuración del lenguaje, pensar en definitiva que la izquierda puede resultar útil quitándose incluso el nombre es jugar a la ruleta rusa con el tambor cargado de balas…Si la izquierda acepta el juego propuesto, como ha hecho desde mediados de los años noventa, puede tratar de encontrar una nueva pirueta que le haga ganar unas elecciones, que le haga disfrutar de la ensoñación de manejar un poder con una autonomía cada vez más escasa.”[8]
Y propone de forma más o menos implícita la superación de este marco:
“La izquierda no puede ganar al neoliberalismo en su propio terreno de juego, con sus reglas, mediante atajos del lenguaje, fantasías tecnoutopistas y análisis de datos. Ahí es donde llevamos desde mediados de los noventa y es algo que sólo ha servido para vaciar los partidos, los sindicatos y los programas ideológicos…La respuestas las tienen en una gloriosa tradición de políticos, teóricos, militantes, revolucionarios, filósofos, pensadores, escritores, músicos, pintores y poetas, mujeres y hombres, que nos dejaron un legado que recuperar, el de la modernidad, el del siglo XX…”[9]
Por su parte, las críticas a la obra desde representantes de la izquierda reformista institucionalizada no se han hecho esperar, como es el caso de Alberto Garzón, que llega a hacer interrogantes como “¿Por qué a una pensionista mujer y lesbiana le debe parecer más importante hablar de clase trabajadora que de feminismo y políticas de diversidad?”.[10] Desde posiciones marxistas, le podemos dar la vuelta a este interrogante: ¿Por qué esa misma mujer y lesbiana va a unirse a un feminismo y una política de diversidad que no tenga en cuenta la clase ni el antagonismo capital/trabajo?. ¿Con quién tiene más en común esa mujer, con otra mujer de clase burguesa y lesbiana como ella, a la que probablemente no le preocupe ni comparta la lucha de los pensionistas, o con un hombre pensionista de clase trabajadora, con el que sí comparta la misma situación de precariedad y opresión capitalista? ¿No sería más fácil defender el fin de las opresiones ligando estas reivindicaciones a las luchas económicas, en lugar de crear activismos “interclasistas” y que asumen el orden capitalista en la práctica?
Conclusiones
Lo que en definitiva propone Daniel Bernabé en su obra es la recuperación del paradigma y el sujeto en el que se ha basado la izquierda durante el siglo XX y con el que ha conseguido sus mayores logros históricos: antagonismo capital/trabajo, lucha de clases y clase trabajadora como sujeto. Y esto se justifica porque la mayoría de la población en la actualidad se puede considerar clase trabajadora, a pesar de que la izquierda institucionalizada oficial no quiera ni recuperar ni incentivar esa conciencia de clase, y ese precisamente ha sido el logro de la derecha neoliberal en las últimas décadas. En España, en 2018 hay un total de unos 23 millones de personas mayores de 16 años que son asalariados, ya sea por cuenta propia o ajena, o parados, lo que constituye la mayoría de la sociedad. Y esa es la base sobre la que debería crearse un verdadero proyecto transformador, y no en los símbolos o el patriotismo como algunos líderes de PODEMOS han pretendido. 
En ese sentido, se hace un repaso a cómo la izquierda reformista ha olvidado o abandonado a la clase trabajadora en una nueva vuelta de tuerca que sigue la tradición hacia la derecha de los reformismos del siglo XX, desde Kautsky o Berstein hasta los Blair o Schroeder. Y esa situación, ha constituido un campo abonado para la expansión y los triunfos de los Trump, Le Pen, Orban o Salvini en los tiempos recientes, una advertencia para la izquierda del Estado español.
Libros como La trampa de la diversidad o La clase obrera no va al paraíso[11] son un muy interesante aporte en el necesario rearme ideológico de la izquierda, al plantear la necesidad de la recuperación de la centralidad de la clase trabajadora en un proyecto político de transformación en sentido socialista. La conclusión práctica de este debate tiene que ser la construcción de una fuerte tendencia marxista en el movimiento obrero para llevar a cabo esta tarea.
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[1] Bernabé, Daniel, La trampa de la diversidad. Cómo el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase trabajadora, Madrid, Akal, 2018 (p. 130)
[2] op. cit. (p. 87)
[3] op. cit. (p. 133)
[4] op. cit. (p. 171)
[5] op. cit. (p. 136)
[6] op. cit. (p. 154-155)
[7] op. cit. (p. 136)
[8] op. cit. (p. 243-244-246)
[9] op. cit. (p. 248)
[10] Garzón, Alberto, "Crítica de la crítica a la diversidad", en eldiario.es
[11] Tirado, Arantxa y Romero, Ricardo, La clase obrera no va al paraíso. Crónica de una desaparición forzada, Madrid, Akal, 2016

miércoles, 1 de mayo de 2019

Gobierno estable y de izquierdas

Desde el Círculo de PODEMOS-PRADO DEL REY, reproducimos este artículo de prensa publicado en El País por el compañero Pablo Iglesias.

     Gobierno estable y de izquierdas     

Un Ejecutivo en solitario empujaría a Pedro Sánchez a apoyarse en la derecha en muchas cuestiones.


Miembros de Unidas Podemos durante una rueda de prensa tras conocer los resultados de las elecciones generales.
Miembros de Unidas Podemos durante una rueda de prensa tras conocer los resultados de las elecciones generales.  GETTY IMAGES)

Las elecciones dejan un escenario en el que los acuerdos serán imprescindibles para afrontar, desde la izquierda, los grandes desafíos a los que se enfrenta España; la justicia social, nuestro modelo de desarrollo en la Unión Europea y la plurinacionalidad.
Hay que felicitar a Pedro Sánchez por el respaldo recibido. Aunque en porcentaje es el tercer peor resultado del PSOE desde las elecciones de 1977, estamos en un contexto muy diferente al de la época del bipartidismo donde las mayorías absolutas o casi absolutas y los Gobiernos de partido único eran lo normal. Con una campaña basada en señalar el peligro (absolutamente real) de que hubiera un Gobierno apoyado en la ultraderecha, el PSOE ha obtenido 7,5 millones de votos y un 28,7%. Nuestro 14,3% sitúa a las formaciones progresistas de ámbito estatal en el 43% de los votos, casi a la par en votos respecto a las derechas estatales y sus confluencias, pero con más peso parlamentario (165 frente a 149) gracias a un sistema electoral que, en esta ocasión, ha favorecido al PSOE.
Los partidos de ámbito vasco y catalán han obtenido un respaldo amplio. ERC ha cosechado un resultado histórico y la antigua Convergència se ha mantenido. En Euskadi, tanto el PNV como la izquierda abertzale han recuperado apoyos importantes. Los resultados en Euskadi y Cataluña dan fe de la realidad plurinacional y hay muchos partidos de ámbito autonómico que han vuelto a obtener representación.
Estos resultados nos hablan de una España muy diversa en lo ideológico, en lo identitario, en la relación rural-urbano y en la relación centro-periferia.
Respecto a nuestros resultados, debemos hacer autocrítica. La gestión de nuestras crisis internas seguramente ha hecho que muchos ciudadanos que nos apoyaron en el pasado no lo hayan hecho esta vez. Por otra parte, el trabajo paciente y continuo que, al menos desde 2015, han hecho las cloacas y sus brazos mediáticos ha tenido también su peso. Por último, la excepcionalidad catalana y el surgimiento de Vox parece que han empujado a electores que en el pasado nos apoyaron a optar en Cataluña por un voto identitario y por un voto al PSOE como freno a Vox en otros lugares del Estado. Con todo, gracias a una gran campaña y a un suelo rocoso de votantes, hemos derrotado a los sondeos que auguraban nuestra debacle y contamos con fuerza suficiente para cumplir los objetivos con los que nos presentamos a las elecciones: frenar a la derecha y formar parte del próximo Gobierno garantizando así que sea estable y de izquierdas.
¿Por qué la presencia de Unidas Podemos es imprescindible para que el Gobierno sea estable y de izquierdas?
Un Gobierno sostenido solo por los 123 escaños del PSOE tendría enfrente al menos los 149 escaños de la derecha estatal. Eso no solo generaría inestabilidad sino que empujaría a ese eventual Gobierno de Sánchez a apoyarse en la derecha en muchas cuestiones como la legislación laboral o la actualización de pensiones y no digamos ya en la gestión de los problemas derivados de la plurinacionalidad y específicamente del conflicto catalán.
El Banco Santander (accionista de varios medios de comunicación) y la CEOE se han apresurado a presionar a Sánchez para que llegue a un acuerdo con Ciudadanos. Esa posibilidad, tras las elecciones autonómicas y municipales, no es descartable (Sánchez ya llegó a un acuerdo de legislatura con ellos en 2016) pero podría frustrarse si Rivera opta definitivamente por liderar una derecha parlamentaria dura o si la militancia del PSOE, que es de izquierdas, hace valer su peso (“Con Rivera, no”).
En este contexto, como ya han adelantado algunos dirigentes socialistas, Pedro Sánchez deseará un Gobierno de partido único que le permita contentar a los poderes económicos y a la CEOE y que le asegure contar con apoyos mediáticos amplios, incluido el de algunos medios supuestamente progresistas. El problema es que no cuenta con escaños suficientes para lograr ese Gobierno ni con argumentos para defenderlo en la izquierda, ya que en la práctica sería también un Gobierno que sostendría muchas de sus medidas en la derecha.
Los resultados del 28A hablan de una España muy diversa en lo ideológico, en lo identitario y en la relación rural-urbano
Ante ello, nuestro compromiso con nuestros electores y con la mayoría social progresista solo nos da una opción: ser garantía de estabilidad y de políticas que defiendan la justicia social y el diálogo, desde el Gobierno. Con la fuerza de nuestros escaños y con nuestras propuestas programáticas, vamos a trabajar para convencer al PSOE y a Pedro Sánchez de que lidere un Gobierno de coalición, estable, de izquierdas y dialogante, siguiendo el modelo valenciano (que Ximo Puig asume repetir con tres formaciones gobernando) y el de otras comunidades, que se convierta en un referente progresista en la Unión Europea donde, por cierto, los Gobiernos de coalición son frecuentes. En las próximas semanas tendremos que hablar con el PSOE de justicia fiscal, de políticas económicas feministas, de pensiones garantizadas, de servicios públicos, de transición energética, de límites a la temporalidad, de vivienda, de derechos y libertades, de diálogo en Cataluña y, finalmente, de las personas y los equipos necesarios para garantizar esas políticas. Nuestra experiencia tras el acuerdo de Presupuestos nos enseñó que un buen acuerdo programático no tiene garantías de llevarse a cabo con un Gobierno de partido único.
Habrá grandes presiones de los poderes económicos y de sus aparatos mediáticos para torcernos el brazo pero, frente a ellas, nos reuniremos con sindicatos, con organizaciones feministas y ecologistas, con las plataformas y colectivos que defienden la sanidad y la educación pública y con movimientos sociales. Su empuje será fundamental para que en España haya un Gobierno estable y de izquierdas, que es lo que desea una amplia mayoría de votantes progresistas.
Ese electorado progresista, deseoso de un Gobierno que garantice la justicia social, debe saber que nuestro compromiso y nuestra coherencia, vengan las presiones que vengan, serán como una roca.
Pablo Iglesias es secretario general de Podemos.

Fuente: elpais.com




miércoles, 27 de marzo de 2019

Aprobada por unanimidad propuesta de Adelante Andalucía para Puerto Serrano.

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Sale adelante por unanimidad en el Parlamento de Andalucía la Proposición No de Ley, defendida por Inmaculada Nieto Castro, parlamentaria por Cádiz (Adelante Andalucía), para poner en valor e iniciar el expediente para catalogar como posible Bien de Interés Cultural los molinos de Troya Uclés y Sirés, el acueducto de la Molineta y la parroquia de Sta. Mª Magdalena de Puerto Serrano. 

Gran noticia para la Sierra de Cádiz y para el resto de la provincia y sobre todo, gran noticia para Puerto Serrano, un municipio que necesita especial atención de las administraciones y recursos para mejorar la crisis económica que atraviesa. 


¿Y qué mejor recurso que la conservación del patrimonio?.




viernes, 11 de enero de 2019

Movilización feminista en París en solidaridad con las mujeres de Andalucía.

La contestación de los colectivos de mujeres y movimientos feministas contra el intento del tripartito (PP,Cs,vox) andaluz de derogar las leyes contra la violencia de género, llegan más allá de Andalucía, una prueba de ello es la solidaridad con todas que nos muestran desde París:

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Estos son los que van a "salvar " a Andalucía.

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LA PRUEBA VIVIENTE DE QUE SI SE PUEDE......
VIVIR 30 AÑOS DE LA POLÍTICA CON UN BACHILLERATO PELAO Y SIN DAR UN PALO AL AGUA.
QUE CAMBIO VA A OFRECER C's A ANDALUCIA? Y A ESPAÑA?

viernes, 7 de diciembre de 2018

De aquellos polvos estos lodos

Desagües Árabes Salobreña, Granada Walimai.photo
Por Carlos ARENAS POSADAS
Con el descomunal batacazo en las elecciones del domingo pasado han terminado, más que probablemente, casi cuarenta años de gobierno del PSOE –me resisto a llamarlo gobierno socialista-en la comunidad andaluza. La sorpresa ha sido doble para quienes conociendo el letargo de las instituciones andaluzas, esperábamos que el desfallecimiento desembocara en un trasvase de votos hacia la izquierda
Los demoscópicos harán  análisis que se explican en sí mismos; los políticos de cortos vuelos irán ahora “casa por casa” para tener una idea exacta de la desafección electoral y tratar de recuperar su confianza en próximas ocasiones.  Les ahorro la visita a la mía y les ofrezco mi primera impresión:
  1. El PSOE-A nunca ha tenido un proyecto de país andaluz como sí lo han tenido Madrid, el País Vasco, Cataluña o La Rioja. Es decir, un proyecto ilusionante de desarrollo económico y social que enganchara en un proyecto común al conjunto de la ciudadanía andaluza desde Ayamonte hasta los Vélez. Tras unos primeros años donde se manifestó una errática política de desarrollo endógeno, los esfuerzos realizados por parte de la Junta de Andalucía han ido encaminados a sostener una estrategia de “subdesarrollo racional” consistente en mantener para Andalucía un sistema de dependencia política del capitalismo español y transnacional a cambio de las ayudas interregionales y europeas que sirvieran para mejorar en algo las rentas de los andaluces y los servicios sociales.
  • Dicho de otra manera, el PSOE-A se ha mantenido en el poder por haber garantizado  la permanencia de intereses coloniales en Andalucía, siguiendo una trayectoria que principió a finales del siglo XIX y que se consolidó durante el franquismo. A cambio de sumisión política a esos intereses, el Partido ha desempeñado el papel de crupier de banca que ha repartido compensaciones y subsidios, lo que le ha deparado réditos electorales durante 36 años y la posibilidad de ocupar para sus cuadros las instituciones autonómicas habidas y por haber. No es raro pues que, en base a esa misión histórica, los socialistas andaluces hayan representado tan importante papel en Madrid, al menos en los años del encaje autonómico y con Europa,  como en Sevilla.  Frente a ellos,  tampoco ha sido casualidad que las derechas indígenas sólo hayan parido dirigentes perdedores o mediocres.
  • El PSOE-A se ha mantenido en el poder durante tanto tiempo porque supo generar una distributional coaligation de amplio espectro en la sociedad andaluza: desde el empresariado paniaguado que campa en la CEA hasta las familias pobres del medio rural que han visto, efectivamente,cómo el subsidio ha sido una alternativa a la indigencia, cómo sus calles y plazas se han adecentado y hay escuelas para sus hijos, pasando por una amplia clase media -a la que pertenecen los dirigentes del partido obrero-, a una parte de la cual se ha ofrecido empleo fijo y bien remunerado en las instituciones y, sobre todo, una distinción selectiva en colegios privados y concertados,en casetas de feria y hermandades, en guetos “nacionales” en las ciudades; es decir, se le ha permitido seguir sacando provecho de un capital social endogámico, de una selección darwinista de los individuos que los ha catapultado al poder económico o político.
  • Bien,pues toda esa estrategia ha fracasado el 2-D. ¿Qué ha pasado? Se dice: la izquierda se ha desmovilizado; medio millón o más de votantes de izquierdas se ha quedado en su casa. Por supuesto. Hay una lectura fácil del fenómeno: la victoria del PSOE estaba tan cantada que una parte de sus votantes se ha desentendido. Hay otra lectura algo menos simple. Desde hace años, desde 2008,la distributional coaligation a la que he aludido no ha dejado de tener fallas importantes:  los recortes, el gobierno del PP en Madrid,la inquietante situación de las transferencias por la cuestión catalana, por el Brexit y por el futuro de Europa en general y de la Europa del sur, etc., etc.,han producido una minoración de la capacidad distribuidora del crupier socialista, lo que se ha traducido en un deterioro importante de las prestaciones y de los servicios sociales sin que, por la ausencia de sentido de país, la Junta haya querido modificar la trayectoria de un capitalismo andaluz que sigue caracterizado por las elevadas tasas de paro, la precariedad laboral, la ausencia de futuro para los jóvenes, el empobrecimiento de las clases medias, etc.,etc.  
  • Históricamente al pueblo andaluz se le ha privado de su libertad para decidir. No se me entienda en clave nacionalista; me refiero a la incapacidad de muchos andaluces para decidir qué hacer con sus vidas. El muy desigual reparto del capital en Andalucía –de todas las modalidades del capital- ha conducido a la supeditación de los más a las decisiones de una minoría, antes del señorito y del cacique, hoy del empleador monopsónico al que se teme o del partido jacobino que paternalmente piensa por todos. A falta de esa libertad, a muchos andaluces solo le han quedado dos opciones: o emigrar –cuando les han dejado- o someterse para sobrevivir. Mientras la supeditación hacia el empleador o al político da sus frutos, el vínculo personal o ideológico entre cliente y patrón se mantiene, pero se rompe dando paso al agravio  cuando los términos de la transacción se anulan o desvirtúan. Nada hay más subversivo que un sumiso despechado; en democracia, la abstención puede ser la más suave delas venganzas; la más severa es votar la opción política que más daño pueda hacer y eso es lo que le ha pasado al PSOE.
  • Como decía, tanta o mayor sorpresa ha causado la caída de Adelante Andalucía; una coalición electoral llamada a recoger los votos desafectos del PSOE-A y que no ha podido mantener siquiera la representación de los partidos que en 2015 se presentaban separados. Obviamente,la explicación de esa caída debe ser distinta a la apuntada para el partido dela Junta por el simple hecho de que no ha tenido responsabilidades de gobierno.  Nada que reprochar a sus líderes, personas honestas y bien intencionadas, nada a su propuesta andalucista a pesar de que la bandera andaluza esté hoy achicharrada y polvorienta por más de tres décadas de andalucismo de guardarropía de la Junta.
Podría decirse con razón que Adelante Andalucía ha pagado la fragmentación de las corrientes en ese proyecto transversal e interclasista que es Podemos, pero habría que añadir que tanto se puede defraudar al electorado desde el poder como desde la alternativa de poder. Podemos se presentó después del 15-M como el partido de la utopía, dela democracia real para los españoles y para los andaluces; eso le permitió subir espectacularmente como suben las acciones en mercados especulativos; tan rápidamente como suben, las acciones se desploman y, lo que es peor, provocan que una parte de los “indignados” con el sistema se adscriban a las “soluciones”más estrafalarias; no otra cosa ha ocurrido en Estados Unidos y está ocurriendo en el Reino Unido, Italia, Alemania o Francia.
  • Tras la decepción por los resultados, ahora toca gritar el “no pasarán”; está bien,que no pasen, pero lo que debe tocar sobre todo es edificar y hacer creíble un proyecto de país, un nuevo camino andaluz que sirva no solo para convencer alos ya convencidos sino para pasar a la ofensiva y atraer a muchos que, siendo también clases populares, hoy se abstienen, votan otras opciones o están siendo atraídos a la órbita de los fachas. Vemos cómo en muchos pueblos andaluces el triunfo de la izquierda se repite desde hace décadas elección tras elección; no se trata de una fidelidad religiosa sino de la fidelidad a un proyecto municipal y comunitario del que se obtienen ventajas materiales para la población. Ese debe ser el camino.
  • El triunfo de las derechas no solo se explica por demérito de las izquierdas, dela simulada o de la real; también por los “méritos” de los partidos de la derecha y en especial de VOX. Varios centenares de miles andaluces han votado esta opción política sin haber leído una línea de su programa político. Su éxito relativo –apenas ha alcanzado el 10 por ciento del electorado- se explica por razones que están en la cabeza de todos; razones de índole global –la exportación de la estulticia trumpista- y europea –el ascenso de la ultraderecha- que han permitido a los fachas de siempre, antes en el PP, perder la vergüenza y confesar abiertamente que lo son. A eso se ha sumado la invasión de líderes nacionales que han apelado a los más zafios y viscerales sentimientos anti-catalanistas y xenófobos que han calado en poblaciones que viven de cerca, como ocurre en Almería o en el Campo de Gibraltar, el fenómeno dela inmigración. Me parece que a esas razones habría que añadir al menos una más: el interés de la banca española por enmarañar la vida política sacudiendo el espantajo del fascismo; con ello trata de salir indemne de la crisis de legitimidad de sus operaciones y de encontrar un clima político propicio y atemorizado que le permita seguir siendo el faro privilegiado de la Marca España.
  1. Con independencia de los deméritos de la izquierda o de los “méritos” de la derecha, creo que hay que ver este momento como una oportunidad histórica para abrir una nueva etapa; antes que sumergirse en el desánimo, de Andalucía, de sus intelectuales, sindicatos, organizaciones civiles, de los movimientos feministas, etc., deben surgir ideas e iniciativas verdaderamente regeneradoras –miles de jóvenes manifestándose espontáneamente el día de ayer fueron la primera demostración- que abran ese nuevo camino al que me refería. Todo lo contrario, un gobierno de las derechas en Andalucía nova a cambiar, sino a hacer aún más elocuente, el carácter dependiente y precario de la economía y de la sociedad andaluza. Por supuesto, la zafiedad de unos “reconquistadores” que nos recuerdan la época más pestilente de nuestra historia no puede volver a ser argumento para derrotarnos.

Fuente: encampoabierto.com

Acta del Círculo de PODEMOS- Prado del Rey (TM11102601).  Prado del Rey Cádiz. Prado del Rey 1 de junio 2020. Reunida la asa...

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