sábado, 8 de diciembre de 2018

CORRUPCIÓN EN ESPAÑA La corrupción hace que España pierda más 90.000 millones al año



PODEMOS-PRADO DEL REY: ¿Os imagináis cuántos empleos se generarían invirtiendo 90.000 millones de euros? ¿Cuántos hospitales? ¿Cuántas ayudas a dependencia?
No son patriotas, son mercenarios.

"Cada español recibiría 1.949 euros si se repartiera el coste de la corrupción, siendo el cuarto país de la Unión Europea que más pierde por este motivo, después de Italia, Francia y Alemania."
España pierde más de 90.000 millones de euros al año por la corrupción, el cuarto más que más pierde en la Unión Europea, equivalentes a casi el 8% de su Producto Interior Bruto, solo por detrás de Italia, Francia y Alemania, según un estudio del grupo de los Verdes en la Eurocámara.
La corrupción le cuesta al conjunto de la Unión Europea 904.000 millones de euros anuales, según el estudio, publicado este viernes. España aparece como el cuarto país que más pierde por culpa de la corrupción, 90.000 millones de euros al año, solo por detrás de Italia (cerca de 237.000 millones), Francia (más de 120.000 millones) y Alemania (más de 104.000 millones).
Según datos que recoge el estudio, los 90.000 millones de euros que le cuesta a España la corrupción suponen cuatro veces las ayudas destinadas a los parados, que representan unos 19.600 millones, más del 90% del presupuesto para salud al año, que se eleva a 98.500 millones, o el 88% del gasto destinado a pensiones(102.500 millones).
La cifra es también 295 veces la cantidad que el Gobierno gasta para vivienda, once veces el presupuesto para política familiar y ayudas a menores (7.900 millones) y tres veces más que el presupuesto destinado a dependencia y ayudas por enfermedad (26.600 millones).
El estudio también cifra en 1.949 euros lo que cada español recibiría al año si se repartiera el coste de la corrupción entre los ciudadanos o calcula que más de 4 millones de personas, un 9% de la población, podría recibir un salario anual medio bruto de 20.845 euros.
En términos de PIB, la corrupción le cuesta a España casi un 8% de su PIB y se sitúa como el decimoquinto país de la UE donde la corrupción pesa más sobre su economía.
La mayor corrupción en términos de coste de PIB se da en Rumanía, un 15,6% del PIB equivalente a unos 38.900 millones de euros, así como un 14% en Grecia (34.000 millones) y Bulgaria (11.000 millones de euros), pero también 'se come' un 13,5% del PIB en Croacia, el 13% del PIB en Italia, Letonia y Eslovaquia, el 12,6% en Polonia, el 12% en República Checa, el 11% en Hungría y Lituania, el l 8,2% en Estonia, el 8,65% en Malta y el 8,5% en Eslovenia.
En cambio, Países Bajos se sitúa como el país donde hay menos corrupción, que representa apenas un 0,76% de su Producto Interior Bruto (4.400 millones de euros anuales).
Dinamarca y Luxemburgo (2% del PIB en ambos casos), junto con Reino Unido (2,3%) Finlandia (2,5%) y Suecia (3% del PIB) se encuentran entre los países con un menor coste debido a la corrupción, junto con Países Bajos.
Fuente: publico.es

viernes, 7 de diciembre de 2018

Adelante Andalucía sigue con las luces largas y se centra en trabajar la penetración social

  • Adelante Andalucía trabaja para convocar una gran conferencia social en enero
  • Les preocupa que Vox, con los recursos institucionales, intenten hacer impregnar sus ideas en los barrios

Malos resultados para Adelante Andalucía en las elecciones andaluzas de la semana pasada. La coalición perdió cerca de 300.000 votos de la suma de los que obtuvieron Podemos e IU por separado en 2015 y tres escaños en unas elecciones marcadas por la alta abstención. El desplome del PSOE y la irrupción de la ultraderecha de Vox con fuerza hacen que el gobierno de la derecha esté cada vez más cerca en Andalucía, feudo histórico socialista. Pese a las críticas recibidas por algunos sectores de Podemos e IU a nivel estatal al proyecto de la confluencia andaluza, esta sigue con las luces largas, sigue mirando lejos, al medio y largo plazo. El objetivo: construir un sujeto político y social, con imbricación en los movimientos sociales y en las organizaciones sindicales.
Tal y como contábamos en cuartopoder.es durante la campaña, Adelante Andalucía aspira a convertirse en un proyecto político que vaya más allá de lo electoral mediante la construcción de un sujeto político y social andaluz. Así lo explican a este periódico sus directores de campaña, Ernesto Alba, por parte de IU, y Pablo Pérez, de Podemos. “Siempre, la tensión entre objetivos y expectativas es muy difícil. Nosotros teníamos unos objetivos, el primero era resistir y hemos resistido, y si Vox no llega a subir con tanta fuerza habríamos tenido mejor resultado, se llevan restos que nos habríamos llevado nosotros”, analiza Pérez, que, sin embargo, pone el énfasis en lo político, en el nuevo escenario surgido de estos comicios.
“El balance se tiene que hacer en términos políticos: el avance de la derecha en general frente a la desmovilización de las izquierdas”, concluye Pérez, secretario político y de comunicación de Podemos Andalucía . En ese contexto, considera que, a pesar de algunas críticas recibidas, “la hipótesis de la unidad popular sigue, tiene que desarrollarse”. En la misma línea se manifiesta Alba. “Se consolida un espacio que es Adelante Andalucía, un espacio con un 17% de los votos”, considera. “En un momento de avance del fascismo, más unidad que nunca”, añade.“Habrá que analizar más detenidamente los resultados, hay elementos de la extrema derecha que no se pueden caricaturizar, y tenemos que desarrollar qué recetas tiene la izquierda ante esta nueva situación, porque esto no es solo Andalucía, es un aviso para construir una alternativa real en todo el país”, analiza el coordinador de la colegiada de IU Andalucía, también secretario general del PCA, que recuerda: “Teníamos clara la estrategia desde hace tiempo. Cambiamos de ciclo político, un ciclo que seguramente se cierra con el 1-O, lo que significó Catalunya abrió un nuevo marco que ha cultivado un terreno que por primera vez se expresa en Andalucía”.
“La izquierda tiene que tener claro que toca guerra de posiciones, en palabras de Gramsci, cavar trincheras en la sociedad civil como barrera estratégica”, reflexiona Alba. “Hay muchísima gente con ganas de organizarse y vamos a ser un factor importante en este sentido. Tenemos que intentar trascender el espacio electoral hacia un espacio social y político que estreche relaciones con movimientos sociales y sindicatos”, hace lo propio Pérez. “En la dirección de Podemos Andalucía, no hay nadie que planteé dudas al respecto”, prosigue el secretario político de Podemos Andalucía.
Pérez anuncia “un proceso de reflexión y autocrítica”. “Vamos a discutir con las asambleas locales y círculos y coordinadoras provinciales para ver cómo lo vive la gente”, comenta, un proceso que durará hasta enero. Además, Adelante Andalucía convocará, también en enero, “una gran conferencia social”, con organizaciones sociales, movimientos y sindicatos. “Con salvedades, el proceso que hizo Syriza antes de llegar al gobierno”, ejemplifica. El objetivo, en palabras del dirigente de Podemos Andalucía: “Instar a tejer relaciones entre quienes empiezan a sentar rutinas militantes conjuntas en los barrios y centros de estudio”. “Esa es la gran tarea, sobre todo, frente a la perspectiva que podemos vernos envueltos si Vox tiene un plan de implantación ahora que tiene recursos”, declara, asegurando sobre esa posibilidad: “Nos preocupa”.
Una preocupación que es compartida por IU. “Ahora Vox puede ampliar el electorado, con recursos del Parlamento puede aprovecharlos para impregnar sus ideas en barrios. Ahí está la disputa, tenemos que construir herramientas organizadas en los barrios que hagan a la sociedad civil sentir seguridad”, explica el secretario general del PCA. Una estrategia que cree que hay que trabajarla también en el resto del Estado. “Es un fenómeno que trasciende Andalucía, es una ola reaccionaria global, lo vemos con Trump, Bolsonaro, en muchos lugares de Europa…”, prosigue.
Por último, Pérez reflexiona sobre la campaña con tintes andalucistas que han centrado muchos de los mensajes durante estas últimas semanas. “Hay teclas que hemos tocado que funcionan, por ejemplo, la cuestión de la música, pero cuestiones más identitarias clásicas no funcionan”, valora. “El 4-D es importante para el pueblo de izquierdas, pero hay una generación que no vivió esa época y no conecta con ese sentimiento, su 4-D es el 15-M, tenemos que buscar la complementariedad”, considera al respecto. 
Fuente: cuartopoder.es

Las tres tradiciones de la izquierda

<p>Teresa Rodríguez </p>
Teresa Rodríguez  LUIS GRAÑENA

La semana de la llegada de la extrema derecha a las instituciones deja muchas preguntas en el aire. La más interesante de ellas es ¿qué carajo le pasa a la izquierda? Tal vez lo único que le pasa, aunque siempre se la acuse de lo contrario, es su amor por las tradiciones.
Una tradición bien arraigada en la izquierda, la principal quizá, es el infantilismo, como recuerda cada vez que puede –y bien que hace– el expresidente de Uruguay, Pepe Mujica. La izquierda, como niño eterno en edad caprichosa, se queda en casa si el momento social no ha conseguido emocionarla lo suficiente. Que me den épica o que me dejen tranquilo, dice el niño, sabiendo de sobra –ya tiene una edad el nene– que la épica no es siempre posible, ni todos los sueños abarcables aquí y ahora. Otra tradición de la izquierda –consecuencia lógica del infantilismo– es el debate, eterno y ombliguista después del descalabro. Ahora, de forma extraordinaria, toca revisarlo todo, como siempre. Cómo es posible que, teniendo la razón, un porcentaje importante de la población haya elegido opciones políticas de extrema derecha. ¿Habrá sido culpa de la abstención?, se pregunta fumando en pipa el intelectual de izquierdas que se quedó en el sofá el día que había que bajar a votar. ¿Habrá sido culpa de los medios de comunicación, que le han dado extrema visibilidad a un partido de extrema derecha que era ayer minoritario? ¿O será culpa de los que los han silenciado, provocando el efecto contrario? Desde luego, dicen los debatidores eternos, habrá sido culpa de la propia izquierda –hacer autocrítica es la forma más eficaz de conseguir el debate eterno–, incapaz de articular propuestas transversales que blablablá. ¿Será que hemos elegido las instituciones sin estar en las calles? ¿O habrá sido al revés, que de tanta calle damos poca confianza institucional? Debatamos: cuál es la prioridad ahora, ¿parar al fascismo –cómo se para algo que llega en forma de persona normal votando barbarie en una urna– o reconstruir –otra vez– la propia izquierda?
La tercera tradición de la izquierda es la de no reconocer al otro que dice serlo. ¿Cómo se va a poner la izquierda de acuerdo en unos mínimos si no se aclara sobre quién lo es? Ahora la derecha pagará la fragmentación del voto, predijeron algunos al ver por primera vez en el lado diestro más partidos que a la izquierda y no habían acabado sus predicciones cuando la escena de PP, Ciudadanos y Vox fundiéndose en un abrazo fraternal y exitoso le daba la vuelta al mundo.
Quizá la izquierda, políticos, militantes y simpatizantes, debería probar un cambio de estrategia: mandar a la mierda las tradiciones. Quizá la izquierda necesita dejar de lado la épica para enamorarse de lo efectivo. Aceptar que no se acerca uno a la urna para cambiar el mundo, sino para que no le cierren el ambulatorio del barrio. Aceptar que esto no va de sueños sino de –hay tanto que aprender de la derecha– aburrida realidad. Quizá los lemas electorales de la izquierda no deberían de, nunca, ir más allá de “recuerda levantarte de la cama el domingo”. Quizá la izquierda debería perderse menos en pajas autorreferenciales y debatir sobre la sociedad, esa cosa fea y con aristas que no siempre se mueve a golpe de ética ni de sueños. Y quizá la izquierda tendría que enterrar de una vez esa tradición que la lleva a sentirse mejor cuanto más pura sea, es decir, cuanto menos útil sea. Ponerse objetivos realistas –no los hay, no hay norte– que se cumplan a medio plazo y dirigirse hacia ellos, sin guerras internas y egos. Sería una buena forma de empezar.
Fuente: ctxt.es
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El PP contra la sanidad pública.



PODEMOS

Casado prosigue su carrera por ser el más de derechas de España.

Su nuevo objetivo: acabar con la sanidad pública.
La Marea Blanca frenó el plan privatizador de Lasquetty en la Comunidad de Madrid, y desde Podemos defenderemos la sanidad pública en todo nuestro país.


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"Ni Podemos ni Ganar Cádiz convocaron la manifestación contra Vox"

Eva Tubío, como portavoz del equipo de Gobierno, afirma que el PP "miente" cuando hace esta afirmación.

Contenedores de basura ardiendo tras los altercados del martes pasado.
Contenedores de basura ardiendo tras los altercados del martes pasado. LOURDES DE VICENTE

Eva Tubío, concejala de Cultura y Vivienda del Ayuntamiento de Cádiz, ha sido la encargada de dar cuenta de los diferentes acuerdos adoptados por la Junta de Gobierno Local celebrada en la mañana de hoy. Tras esto se le ha preguntado por si el Consistorio ha evaluado los daños ocasionados en la ciudad por un grupo de violentos durante la manifestación celebrada el martes para protestar por los resultados electorales en la comunidad del pasado domingo. Su respuesta ha sido que "no hemos evaluado los daños porque pensamos que no es algo que nos corresponda a nosotros. Evidentemente hemos mostrado nuestra preocupación por los establecimientos que los han sufrido".
Para la edil de Ganar Cádiz "es evidente que ninguna fuerza del equipo de Gobierno tuvo nada que ver en la convocatoria de la manifestación, lo que afirma el PP es mentira. Eso sí, lo sorprendente es que ellos no estuvieran presente en una concentración que fue un éxito considerándose un partido democrático, como sí lo hicieron muchos ciudadanos".
Fuente: diariodecadiz.es

De aquellos polvos estos lodos

Desagües Árabes Salobreña, Granada Walimai.photo
Por Carlos ARENAS POSADAS
Con el descomunal batacazo en las elecciones del domingo pasado han terminado, más que probablemente, casi cuarenta años de gobierno del PSOE –me resisto a llamarlo gobierno socialista-en la comunidad andaluza. La sorpresa ha sido doble para quienes conociendo el letargo de las instituciones andaluzas, esperábamos que el desfallecimiento desembocara en un trasvase de votos hacia la izquierda
Los demoscópicos harán  análisis que se explican en sí mismos; los políticos de cortos vuelos irán ahora “casa por casa” para tener una idea exacta de la desafección electoral y tratar de recuperar su confianza en próximas ocasiones.  Les ahorro la visita a la mía y les ofrezco mi primera impresión:
  1. El PSOE-A nunca ha tenido un proyecto de país andaluz como sí lo han tenido Madrid, el País Vasco, Cataluña o La Rioja. Es decir, un proyecto ilusionante de desarrollo económico y social que enganchara en un proyecto común al conjunto de la ciudadanía andaluza desde Ayamonte hasta los Vélez. Tras unos primeros años donde se manifestó una errática política de desarrollo endógeno, los esfuerzos realizados por parte de la Junta de Andalucía han ido encaminados a sostener una estrategia de “subdesarrollo racional” consistente en mantener para Andalucía un sistema de dependencia política del capitalismo español y transnacional a cambio de las ayudas interregionales y europeas que sirvieran para mejorar en algo las rentas de los andaluces y los servicios sociales.
  • Dicho de otra manera, el PSOE-A se ha mantenido en el poder por haber garantizado  la permanencia de intereses coloniales en Andalucía, siguiendo una trayectoria que principió a finales del siglo XIX y que se consolidó durante el franquismo. A cambio de sumisión política a esos intereses, el Partido ha desempeñado el papel de crupier de banca que ha repartido compensaciones y subsidios, lo que le ha deparado réditos electorales durante 36 años y la posibilidad de ocupar para sus cuadros las instituciones autonómicas habidas y por haber. No es raro pues que, en base a esa misión histórica, los socialistas andaluces hayan representado tan importante papel en Madrid, al menos en los años del encaje autonómico y con Europa,  como en Sevilla.  Frente a ellos,  tampoco ha sido casualidad que las derechas indígenas sólo hayan parido dirigentes perdedores o mediocres.
  • El PSOE-A se ha mantenido en el poder durante tanto tiempo porque supo generar una distributional coaligation de amplio espectro en la sociedad andaluza: desde el empresariado paniaguado que campa en la CEA hasta las familias pobres del medio rural que han visto, efectivamente,cómo el subsidio ha sido una alternativa a la indigencia, cómo sus calles y plazas se han adecentado y hay escuelas para sus hijos, pasando por una amplia clase media -a la que pertenecen los dirigentes del partido obrero-, a una parte de la cual se ha ofrecido empleo fijo y bien remunerado en las instituciones y, sobre todo, una distinción selectiva en colegios privados y concertados,en casetas de feria y hermandades, en guetos “nacionales” en las ciudades; es decir, se le ha permitido seguir sacando provecho de un capital social endogámico, de una selección darwinista de los individuos que los ha catapultado al poder económico o político.
  • Bien,pues toda esa estrategia ha fracasado el 2-D. ¿Qué ha pasado? Se dice: la izquierda se ha desmovilizado; medio millón o más de votantes de izquierdas se ha quedado en su casa. Por supuesto. Hay una lectura fácil del fenómeno: la victoria del PSOE estaba tan cantada que una parte de sus votantes se ha desentendido. Hay otra lectura algo menos simple. Desde hace años, desde 2008,la distributional coaligation a la que he aludido no ha dejado de tener fallas importantes:  los recortes, el gobierno del PP en Madrid,la inquietante situación de las transferencias por la cuestión catalana, por el Brexit y por el futuro de Europa en general y de la Europa del sur, etc., etc.,han producido una minoración de la capacidad distribuidora del crupier socialista, lo que se ha traducido en un deterioro importante de las prestaciones y de los servicios sociales sin que, por la ausencia de sentido de país, la Junta haya querido modificar la trayectoria de un capitalismo andaluz que sigue caracterizado por las elevadas tasas de paro, la precariedad laboral, la ausencia de futuro para los jóvenes, el empobrecimiento de las clases medias, etc.,etc.  
  • Históricamente al pueblo andaluz se le ha privado de su libertad para decidir. No se me entienda en clave nacionalista; me refiero a la incapacidad de muchos andaluces para decidir qué hacer con sus vidas. El muy desigual reparto del capital en Andalucía –de todas las modalidades del capital- ha conducido a la supeditación de los más a las decisiones de una minoría, antes del señorito y del cacique, hoy del empleador monopsónico al que se teme o del partido jacobino que paternalmente piensa por todos. A falta de esa libertad, a muchos andaluces solo le han quedado dos opciones: o emigrar –cuando les han dejado- o someterse para sobrevivir. Mientras la supeditación hacia el empleador o al político da sus frutos, el vínculo personal o ideológico entre cliente y patrón se mantiene, pero se rompe dando paso al agravio  cuando los términos de la transacción se anulan o desvirtúan. Nada hay más subversivo que un sumiso despechado; en democracia, la abstención puede ser la más suave delas venganzas; la más severa es votar la opción política que más daño pueda hacer y eso es lo que le ha pasado al PSOE.
  • Como decía, tanta o mayor sorpresa ha causado la caída de Adelante Andalucía; una coalición electoral llamada a recoger los votos desafectos del PSOE-A y que no ha podido mantener siquiera la representación de los partidos que en 2015 se presentaban separados. Obviamente,la explicación de esa caída debe ser distinta a la apuntada para el partido dela Junta por el simple hecho de que no ha tenido responsabilidades de gobierno.  Nada que reprochar a sus líderes, personas honestas y bien intencionadas, nada a su propuesta andalucista a pesar de que la bandera andaluza esté hoy achicharrada y polvorienta por más de tres décadas de andalucismo de guardarropía de la Junta.
Podría decirse con razón que Adelante Andalucía ha pagado la fragmentación de las corrientes en ese proyecto transversal e interclasista que es Podemos, pero habría que añadir que tanto se puede defraudar al electorado desde el poder como desde la alternativa de poder. Podemos se presentó después del 15-M como el partido de la utopía, dela democracia real para los españoles y para los andaluces; eso le permitió subir espectacularmente como suben las acciones en mercados especulativos; tan rápidamente como suben, las acciones se desploman y, lo que es peor, provocan que una parte de los “indignados” con el sistema se adscriban a las “soluciones”más estrafalarias; no otra cosa ha ocurrido en Estados Unidos y está ocurriendo en el Reino Unido, Italia, Alemania o Francia.
  • Tras la decepción por los resultados, ahora toca gritar el “no pasarán”; está bien,que no pasen, pero lo que debe tocar sobre todo es edificar y hacer creíble un proyecto de país, un nuevo camino andaluz que sirva no solo para convencer alos ya convencidos sino para pasar a la ofensiva y atraer a muchos que, siendo también clases populares, hoy se abstienen, votan otras opciones o están siendo atraídos a la órbita de los fachas. Vemos cómo en muchos pueblos andaluces el triunfo de la izquierda se repite desde hace décadas elección tras elección; no se trata de una fidelidad religiosa sino de la fidelidad a un proyecto municipal y comunitario del que se obtienen ventajas materiales para la población. Ese debe ser el camino.
  • El triunfo de las derechas no solo se explica por demérito de las izquierdas, dela simulada o de la real; también por los “méritos” de los partidos de la derecha y en especial de VOX. Varios centenares de miles andaluces han votado esta opción política sin haber leído una línea de su programa político. Su éxito relativo –apenas ha alcanzado el 10 por ciento del electorado- se explica por razones que están en la cabeza de todos; razones de índole global –la exportación de la estulticia trumpista- y europea –el ascenso de la ultraderecha- que han permitido a los fachas de siempre, antes en el PP, perder la vergüenza y confesar abiertamente que lo son. A eso se ha sumado la invasión de líderes nacionales que han apelado a los más zafios y viscerales sentimientos anti-catalanistas y xenófobos que han calado en poblaciones que viven de cerca, como ocurre en Almería o en el Campo de Gibraltar, el fenómeno dela inmigración. Me parece que a esas razones habría que añadir al menos una más: el interés de la banca española por enmarañar la vida política sacudiendo el espantajo del fascismo; con ello trata de salir indemne de la crisis de legitimidad de sus operaciones y de encontrar un clima político propicio y atemorizado que le permita seguir siendo el faro privilegiado de la Marca España.
  1. Con independencia de los deméritos de la izquierda o de los “méritos” de la derecha, creo que hay que ver este momento como una oportunidad histórica para abrir una nueva etapa; antes que sumergirse en el desánimo, de Andalucía, de sus intelectuales, sindicatos, organizaciones civiles, de los movimientos feministas, etc., deben surgir ideas e iniciativas verdaderamente regeneradoras –miles de jóvenes manifestándose espontáneamente el día de ayer fueron la primera demostración- que abran ese nuevo camino al que me refería. Todo lo contrario, un gobierno de las derechas en Andalucía nova a cambiar, sino a hacer aún más elocuente, el carácter dependiente y precario de la economía y de la sociedad andaluza. Por supuesto, la zafiedad de unos “reconquistadores” que nos recuerdan la época más pestilente de nuestra historia no puede volver a ser argumento para derrotarnos.

Fuente: encampoabierto.com

Acta del Círculo de PODEMOS- Prado del Rey (TM11102601).  Prado del Rey Cádiz. Prado del Rey 1 de junio 2020. Reunida la asa...

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