Un conjunto de 37 organizaciones se han unido en la coalición #PorOtraPAC, para reclamar otra política para el mundo rural, que sea justa con pequeños agricultores y ganaderos, saludable para los consumidores, sostenible ambientalmente y responsable globalmente, y que en las negociaciones que se están llevando a cabo enBruselas para la nueva Política Agrícola Común (PAC), que debería estar en marcha a partir de 2021, se escuche a la sociedad civil. Son 50.000 millones de euros anualeslos que están ‘en juego’. Una cantidad que puede hacer cambiar muchas cosas. Estuvimos en su reciente presentación en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
La Coalición Por Otra PAC ha definido sus prioridades en 20 objetivos, que trato de resumir: Que garantice una renta y unas condiciones socio-laborales justas, y estimule el empleo agrario estable y de calidad. Que aplique políticas y herramientas hacia sistemas alimentarios sostenibles y producciones ecológicas, que incluyan los intereses ambientales y de salud pública, y apunte hacia una dieta sostenible asegurando alimentos justos, responsables, sanos y de calidad. Que acompañe el relevo generacional y refuerce el papel de la mujer en el mundo rural. Que elimine los subsidios perversos para las personas, el clima y la naturaleza, así como los incentivos que distorsionan el comercio, dentro y fuera de la UE. Y que incorpore la lucha contra el malgasto de alimentos y avance hacia una política alimentaria común que contemple todos los eslabones y nuevos elementos como la compra pública responsable.
Tuve la suerte de asistir a la presentación de esta coalición en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y de escuchar el entusiasmo de representantes de estas ONGs, convencidos y convencidas como están de que esta política que encauza muchos miles de millones de euros desde Europa hacia el mundo rural puede ayudar a construir otro tipo de pueblos y frenar la galopante despoblación que les afecta. No, que les afecta no; que les destroza. Porque no se puede considerar exitosa una PAC que no frene el éxodo rural, que hemos aceptado desde hace décadas como algo inevitable, y no lo es. Esa debería ser la prioridad. Porque en tiempos en los que ya se ha puesto en la agenda política el cambio climático, la biodiversidad, la economía circular, nadie puede aceptar que caminemos hacia una España vaciada –no vacía, como dice Sergio del Molino, sino vaciada-; hora ya de que, de una vez por todas, reconozcamos a sus habitantes con un título que les aporta decisivo valor: son los verdaderos guardianes, o custodios, del territorio.
Pueblos Vivos con Mujeres Libres
Escuché esa mañana en la sala del lucernario del ministerio frases entusiastas a favor de empoderar a jóvenes y mujeres, que se pueden resumir en una que me llegó adentro y resumía bien todo lo que allí se estaba diciendo: “¡Queremos pueblos vivos con mujeres libres!”.
Actualmente, la PAC destina la mayor parte de sus fondos públicos a la agricultura industrial, siguiendo un sistema injusto en la distribución de las mismas, por el cual el 80% de las ayudas se destinan al 20% de beneficiarios. Un modelo que ha dejado fuera a la agricultura familiar respetuosa con el medioambiente y más vinculada al territorio. Pequeños agricultores y ganaderos de extensivo han visto cómo sus posibilidades de vivir en el campo de lo que siempre habían hecho se les iban cerrando. Y lo escribe alguien cuyos antepasados se han dedicado durante varias generaciones a la agricultura y ganadería en pequeños pueblos del Norte de Burgos, y ha comprobado cómo las normas europeas llegaban vestidas de cuotas lácteas que hacían inviables esas pequeñas granjas, en las que cada una de las 30 vacas tenían su nombre y pacían al aire libre ocho meses al año. Una a una fueron cerrando todas en esos pueblos de Las Merindades.
Por encima de retruécanos burocráticos, en el fondo todos sabemos lo que queremos decir: Por nuestra salud y por la del planeta, no se pueden ofertar hamburguesas a 2 € ni plantear macrogranjas de 20.000 vacas lecheras.
Durante la presentación de la plataforma, una de las recomendaciones que más se escuchó sobre cómo comunicar al gran público los objetivos que persigue la coalición es ligar sus planteamientos con que lo que nos estamos jugando es nuestra salud. Pocas asociaciones hay tan ciertas.
50.000 millones de euros
La coalición pide impulsar una verdadera reforma de la PAC para el beneficio de toda la ciudadanía, ya que con un presupuesto anual de más de 50.000 millones de euros –casi el 40% del presupuesto comunitario–, la mayor parte de sus fondos favorecen prácticas que no benefician el desarrollo sostenible en el medio rural, la salud y el medioambiente. De igual manera, piden construir esta PAC contando la ciudadanía, e incluyendo los intereses ambientales y de salud pública. De hecho, en 2017 a través de la campaña Living Land (Por un campo Vivo), más de 250.000 personas y 600 organizaciones civiles y empresariales le transmitieron a la Comisión Europea la necesidad de un cambio profundo en la PAC para que sea saludable, justa y sostenible.
“Considerando los desafíos emergentes en Europa, es más importante que nunca asegurar que la sociedad obtiene un valor añadido de las políticas financiadas con fondos públicos”, ha explicado Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.
“La PAC nació hace más de medio siglo en un entorno de escasez alimentaria, como política productivista. Pero los retos de la agricultura y la alimentación han cambiado. Es el momento de demostrar la determinación de Europa para fomentar un sector agrario que no le de la espalda a nuestro capital natural, al agricultor y a las necesidades de la sociedad en su conjunto”.
Por su parte, Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF-España ha incidido en que “uno de los principales retos a los que nos enfrentamos es transformar el sistema alimentario actual”. “Para ello es imprescindible cambiar la PAC, algo que sólo se logrará integrando la pluralidad de visiones que empiezan a unirse en la coalición Por Otra PAC. Tenemos la necesidad de participar en el diseño, aplicación y seguimiento de la futura PAC y el derecho a hacerlo. Sólo así aseguraremos que los objetivos sociales, ambientales, económicos y de salud pública previstos sean perseguidos equitativamente e indivisiblemente”.
Ecologistas y pequeños agricultores y ganaderos, unidos
De la coalición forman parte organizaciones como Fundación Global Nature, Asociación Vida Sana, Ecologistas en Acción, Fundación Nueva Cultura del Agua, Ecodes, WWF, SEO/BirdLife, Sociedad Española de Agricultura Ecológica, Fundación Quebrantahuesos, GREFA, Justicia Alimentaria, Asturias Sostenible, Greenpeace, GOB Menorca, Ganaderas en Red y Plataforma por la Ganadería extensiva. También organizaciones de consumidores como CECU, que subrayan el papel vital del consumidor informado, activo, que con cada gesto cotidiano de lo que compra está decidiendo mucho más de lo que piensa. En varias ocasiones se insistió en la necesidad de que los consumidores den preferencia a la compra de productos ecológicos, de cercanía y de temporada; y reduzcan en su dieta el peso de los alimentos de origen animal, y aumenten el consumo de los de origen vegetal.
Fernando Miranda, secretario general de Agricultura, saludó la iniciativa señalando: “Ya no es hora de debatir qué hacer, sino cómo hacerlo. Tenemos que avanzar ya hacia un sistema agroalimentario sostenible. Y la sociedad civil debe intervenir en este proceso por una nueva PAC, es una gran oportunidad para lograr un sistema agroalimentario sostenible”.
Fuente: elsombrario.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario