jueves, 24 de enero de 2019

Bruselas denuncia a España ante el TJUE por no proteger el humedal de Doñana

Pese a esta noticia, bastante grave de por sí, la primera medida que ponen en marcha los DOS gobiernos de la Junta de Andalucía es eliminar la Consejería de Medio-Ambiente. 

También nos preocupa, y fue objeto de análisis en la última asamblea del Círculo Comarcal de la Sierra de Cádiz, la situación en que queda el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, tras la desaparición de dicha consejería.

Bruselas denuncia a España ante el TJUE por no proteger el humedal de Doñana

La Comisión Europea ha denunciado a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) por no haber tomado las medidas adecuadas para proteger las masas de aguas subterráneas que alimentan el humedal de Doñana ni para evitar el deterioro de los hábitats protegidos en estos humedales.

En un comunicado, el Ejecutivo comunitario ha explicado que estos dos hechos suponen una vulneración de la legislación comunitaria sobre agua y en materia de protección de la naturaleza, respectivamente.

Bruselas ha decidido dar el último paso dentro del procedimiento de infracción que abrió en 2014, preocupada por la posibilidad de que la situación de los humedades "se deteriore aún más".

"Las medidas adoptadas para garantizar la gestión sostenible de los recursos hídricos y la conservación de los hábitats de Doñana son insuficientes y, además, se han ejecutado deficientemente", ha denunciado.

La Comisión Europea ha explicado que los humedales de Doñana "se encuentran entre los mayores de Europa" y albergan una "gran diversidad" de ecosistemas y especies de fauna y flora, incluidas especies en peligro de extinción como el águila imperial, el lince ibérico o la tortuga mora. También ha subrayado que Doñana forma parte de la ruta migratoria de millones de aves europeas debido a su "situación estratégica".

Esta biodiversidad "única", subraya Bruselas, está protegida por la Directiva sobre hábitats y la Directiva sobre aves, puesto que el Parque Nacional de Doñana y su zona circundante engloban varias zonas que España ha designado como lugares Natura 2000.

La conservación de los humedales depende de la existencia de agua de buena calidad en cantidades suficientes, puesto que muchos de los hábitats que albergan "están llenos o empapados de agua durante al menos una parte del año".

Por tanto, subraya la Comisión, la Directiva obliga a que las masas de agua subterráneas estén "en buen estado cuantitativo", lo que significa que tiene que haber agua suficiente para sustentar los ecosistemas de los que dependen.

El Ejecutivo comunitario ha recordado que Doñana se alimenta de diversas masas de agua superficiales y de un "extenso acuífero", al tiempo que ha denunciado que "el desvío de grandes cantidades de agua tanto para agricultura como para las necesidades de los turistas locales está deprimiendo la capa freática".

"La abrupta disminución del nivel de las aguas subterráneas ha agudizado la vulnerabilidad de los espacios de la red Natura 2000 frente a las temporadas secas de la zona y propiciado su mayor deterioro", ha advertido la Comisión.

Fuente: Facua.

Democracia Económica: el objetivo es ése, el momento es ahora.

  • Hay un hilo profundo que conecta el primitivismo imperial del que hace gala Trump con la lógica corporativa de la gran empresa global.
  • El Estado de Bienestar supuso durante décadas una especie de estación Termini, un destino más o menos acabado para las izquierdas de todo el mundo.

Miles de personas participan en la manifestación celebrada hoy en Madrid con motivo del Primero de Mayo.
Miles de personas participan en la manifestación celebrada hoy en Madrid con motivo del Primero de Mayo. / Zipi (Efe)
Ignacio Muro Benayas
No nos engañemos: los monstruos que hoy convulsionan el mundo son hijos del neoliberalismo y de la incapacidad de superarlo desde soluciones de progreso. Y lo peor es que sus manifestaciones más duras empiezan a encontrar una peligrosa conexión que hilvana muy diferentes niveles de espacios de poder.
Hay un hilo profundo que conecta el primitivismo imperial del que hace gala Trump con la lógica corporativa de la gran empresa global basada en formas de poder unipersonales y cuasimonárquicas. Ese mismo hilo enlaza las pulsiones de reafirmación nacional de las derechas populistas xenófobas y excluyentes (Vox o Bolsonaro como ejemplo) con el comportamiento del empresario más ramplón de una pequeña empresa, -española, brasileña, polaca…- que solo concibe su negocio con contratos basuras y mano dura. Hay conexión también entre esos mundos y el miedo de las clases medias a la igualdad de oportunidades de “los otros” para que no compitan por los escasos puestos disponibles o el furibundo rechazo del varón tradicional a la igualdad de la mujer.
Al final los modelos sociales se hacen coherentes, de modo que no hay que sorprenderse de que el capitalismo empiece a reclamar un tipo de poder claramente estructurado en privilegios de clase y muestre su incomodidad con una democracia que descanse en la igualdad de oportunidades basadas en el mérito.

Del no-socialismo al no-Estado de Bienestar

El Estado de Bienestar supuso durante décadas una especie de estación Termini, un destino más o menos acabado para las izquierdas de todo el mundo, mientras se desdibujaba el vocablo “socialismo” en tanto que modelo social que profundizaba en una idea democrática plena en sus aspectos económicos y señalaba una transición, un camino.
Ese apagamiento de los objetivos de cambio social ha sido el mayor éxito de la ideología neoliberal, que ha conseguido que cale en los corazones y las mentes de las fuerzas sociales progresistas la sensación de que no hay Alternativa. Como refuerzo a esa tesis, surgía la idea del “fin de la historia”, que no era otra cosa que la voluntad de sancionar el fin de la lucha de clases como motor principal contra las injusticias y por la igualdad, mientras resucitaba la ilusión de un mundo sin ciclos ni crisis, en el que los impulsos de progreso se limitaban al ascenso individual e insolidario, conectado con la ideología del hacerse a sí mismo y la ruptura del vínculo comunitario.
Eran mentiras, eran ardides. Las crisis volvieron con más virulencia y los mitos del ascenso social de las clases medias se esfumaron junto a los terribles ajustes sociales sufridos, pero el mundo del trabajo siguió y sigue huérfano de planteamientos que representen el cambio social.
Y ése es el principal problema. Porque no ha habido en la historia ningún gran salto sin que, previamente, hubiera una propuesta de sociedad que la movilizara ni posibilidad de avance social sin una aspiración de un nuevo modo de vida, de una idea actualizada del bien común. Sin soñar los perfiles del destino apetecido no hay posibilidad de articular un movimiento popular ni es posible sembrar una esperanza de cambio que aglutine a los diversos tipos de trabajadores: manuales e intelectuales, profesionales precarizados o contratados como autónomos independientes.
El Estado de Bienestar ya no puede ser la solución. La globalización ha cambiado el terreno de juego en muchos aspectos: de un lado, acentúa la capacidad del capitalismo para generar desigualdades, un proceso que acelera la economía digital; de otro, dificulta la capacidad para corregirlas vía políticas redistributivas, al facilitar la elusión fiscal de las grandes corporaciones y de las clases acomodadas. Ocurre que la izquierda, constreñida por la lógica típica del Estado de Bienestar de los años 70, solo parece preocuparse de lo segundo, los déficits redistributivos, sin decidirse a afrontar qué cambios son necesarios en el sistema productivo para combatir y corregir las desigualdades primarias, las que se alimentan en la nueva relación entre capital y trabajo.
Hoy tiene sentido plantearse si “el error de la izquierda europea y del pensamiento emancipador de las organizaciones de trabajadores consiste en posponer el problema de la abolición de la explotación a la conquista del Estado“. La pregunta se la hacía, en 1997, Bruno Trentin, sindicalista y secretario general de la CGIL italiana y autor de La ciudad del trabajo, mientras señalaba que es imprescindible que los sindicatos sean portadores de un proyecto de sociedad y no solo agentes centrados en aspectos contractuales, salariales o normativos. Y lo mismo puede decirse de otras fuerzas sociales.

Imaginar el postcapitalismo, dar formas a la democracia económica

Todo ello muestra la necesidad urgente de un discurso alternativo que genere esperanzas a las mayorías. El modelo actual conlleva caos. Y no habrá solución si no afrontamos una alternativa que incluya otra forma de abordar la gestión del sistema productivo y del poder económico y otra forma de gestionar las relaciones personales y el tiempo libre.
Es posible que sea cierta esa máxima cínica que afirma que “el capitalismo tiene los siglos contados”. Pero puede que no. Hay momentos en que todo se acelera, sobre todo cuando las crisis financieras rondan una tras otra, sin ofrecer más solución que los ajustes sociales. Lo que es evidente es que el mundo está obligado a pensar ya en términos de postcapitalismo, de qué sociedad queremos para nuestros descendientes que genere las mayores dosis de satisfacción social y bienestar económico.
En este contexto, algo parece evidente: ni es posible esperar, ni es concebible una idea más inclusiva y precisa que la de democracia económica como símbolo de una nueva forma de relacionarse y de producir y símbolo de un nuevo socialismo. La cuestión es llenarla de la batería de argumentos y medidas que correspondan. No hay otro camino alternativo cuando se extiende la percepción de que este capitalismo nos lleva al desastre.
Es imprescindible entrar en todo lo concerniente a los sistemas de generación y reparto del valor en el sentido más amplio, algo que incluye cómo organizar la economía, entrando en las entrañas del sistema productivo. Pero también, cómo organizar la sanidad, los medios, la educación, la cultura y el reparto de los cuidados.
El hecho de que la unilateralidad y las restricciones democráticas sean la pulsión que recorre los entresijos de todo tipo de poder, choca con la evidencia de unas nuevas generaciones con una formación muy superior a las anteriores y de unas tecnologías digitales que nos capacitan para formas participativas impensables en el pasado. Seguir impidiendo que la inteligencia colectiva que se destila de esas colaboraciones múltiples se convierta en la principal fuerza productiva es el mayor despilfarro del capitalismo neoliberal.

Las alternativas al capitalismo están ya aquí, de forma incipiente

La historia demuestra que los cambios se producen mediante la coexistencia, por un largo periodo de tiempo, de modos de producción diferentes. No hay revoluciones globales que se hagan de una sola vez. El postcapitalismo empieza a estar presente en determinadas formas económicas no capitalistas (cooperativas, empresas públicas, nuevas formas de propiedad y gestión común, formas participativas del trabajo…); ésas son las moléculas que deben desarrollarse, ofreciendo propuestas y soluciones que aspiren a ser hegemónicas.
Hoy es necesario recuperar y actualizar todas las iniciativas, con sus pros y sus contras, que alumbran nuevas formas de participación y control de los trabajadores en las empresas; hay que desarrollar el relato que vincula a las diversas formas cooperativas y de trabajo asociado y de economía social y plantearlas el reto de condicionar el funcionamiento del mercado y ser hegemónicas; es indispensable desarrollar nuevas formas de gestionar el espacio público y repolitizar su misión en términos de eficacia asociada al interés general, dando la vuelta a los programas de colaboración público-privada que han legitimado el saqueo de recursos públicos por élites extractivas.
El problema no es ya acabar con la propiedad privada, sino superar las formas asociadas al control autocrático centralizado. En las grandes corporaciones que definen el capitalismo tardío son las “minorías de control”, con los primeros ejecutivos como agentes destacados, y no los títulos de propiedad, las que caracterizan el poder de decisión. Un sistema económico sostenible exige que sean los interesados en la creación de valor real a largo plazo los que deben disfrutar del poder de decisión.
Toca ya abordar todos los aspectos asociados con la democracia económica que llevamos tantas décadas sin debatir: sobre cómo mejorar la eficiencia de lo común, de qué forma relacionar la participación en la propiedad con la participación en la gestión diaria o en las decisiones estratégicas; hasta qué punto es determinante en el resultado la forma de propiedad (publica, colectiva o privada) y hasta qué punto ésta queda subyugada por el control efectivo del poder: de tecnoestructuras que distorsionan “los socialismos”, de stakeholders que no lo son (cajas de ahorro españolas), de mayorías sociales que no saben cómo gestionar asuntos complejos… cuyos fracasos terminan relegitinando la centralización del poder y que los primeros ejecutivos “asuman en solitario esa pesada carga”.
Hay que dar coherencia a muchas iniciativas parciales que queman sus energías en esfuerzos aislados. Hay que recuperar el sentido de unidad que tienen. Hay que conseguir que la agenda política se llene de estas iniciativas. Esa tarea es el propósito de la Plataforma por la Democracia Económica que estamos construyendo desde diversas visiones del progreso. Una tarea a la que responde la publicación del documento “Reivindicando la democracia en la empresa”, que acaba de editar Economistas sin Fronteras en su serie de Dossieres EsF.
El objetivo es ése, el momento es ahora.
Ignacio Muro Benayas es Profesor honorífico de la Universidad Carlos III, vocal de Economistas frente a la Crisis, miembro del Patronato de Economistas sin Fronteras.
Fuente: cuartopoder.es


PODEMOS ANTE LA DECISIÓN DE DONALD TRUMP SOBRE VENEZUELA

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23-1-2019
El pasado 8 de Septiembre el diario New York Times desveló que el Gobierno de los EEUU llevaba meses manteniendo reuniones secretas para preparar un golpe de Estado en Venezuela. Lejos de desmentirlo, el propio Donald Trump lo confirmó al declarar “tenemos una opción militar para Venezuela si fuera necesario”. Tras varios intentos fallidos de golpe militar en el país, nunca condenados por los EEUU, Trump ha dado un paso más hacia ese objetivo, reconociendo a un presidente no electo en Venezuela con el apoyo de Gobiernos como el de Duque en Colombia y Bolsonaro en Brasil. Es una decisión unilateral, peligrosa y de una gravísima irresponsabilidad, que busca propiciar un enfrentamiento civil (y quién sabe si una intervención militar) en Venezuela, lo que generaría una situación incontrolable y un sufrimiento extremo a ese mismo pueblo venezolano al que dicen defender.
Al presidente que sacó a EEUU del acuerdo contra el cambio climático, que rompió el marco de las negociaciones de paz en Oriente Medio y el acuerdo nuclear en Irán, que aborda las migraciones en la región construyendo muros y encerrando niños y niñas en jaulas en la frontera, no le importan los derechos humanos y la democracia en Venezuela. Le importa controlar las mayores reservas de petróleo del mundo, y en sus propias palabras, está dispuesto a ir a la guerra para conseguirlo.
Es desolador observar cómo varios países latinoamericanos, algunos de los cuales sufrieron golpes de Estado y dictaduras impulsadas por los Estados Unidos, han decidido seguir la estrategia temeraria del presidente norteamericano. Es igualmente desolador observar cómo la derecha española, pensando en obtener réditos electorales de una situación grave y peligrosa, se suma de forma completamente irresponsable a esa operación comandada por Trump. ¿Qué piensan conseguir alentando un escenario de enfrentamiento, confrontación y violencia? ¿Creen que eso va a ayudar en algo al pueblo venezolano? ¿Qué han conseguido sus posturas extremistas y su oposición al diálogo en estos años?
Lo que corresponde a la comunidad internacional, y en particular a la Unión Europea y a España por sus especiales vínculos con el país, es precisamente lo contrario. Es intentar contribuir a resolver de forma pacífica y democrática la crisis política y económica que vive Venezuela, y no alentar el enfrentamiento, un golpe de Estado, o una intervención militar que sería desastrosa para su población. España y la Unión Europea deben apoyar el diálogo con el gobierno y la oposición venezolana, ofrecer mediación y apoyo internacional, e impulsar una resolución de la crisis que pase imperativamente por la vía de la negociación entre las partes y la celebración de elecciones democráticas. No pueden amparar ninguna resolución que implique la violación de los derechos humanos, civiles y políticos del pueblo venezolano.
Creemos que el diálogo en política siempre es mejor que alentar el conflicto. Y que bajo ningún concepto puede llamarse demócrata quien aliente o justifique un golpe militar o una guerra en Venezuela.

miércoles, 23 de enero de 2019

Adelante acusa a Ruiz de "clasista" y censura que "desprecie lo que es ser pueblo" por sus palabras sobre Semana Santa

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El grupo parlamentario de Adelante Andalucía ha censurado este miércoles las palabras expresada por la nueva consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, Rocío Ruiz (Cs), sobre la Semana Santa en un artículo publicado en 2013, pues, a su juicio, son "clasistas" y "desprecia lo que es pueblo y ser cultura popular".

Así se ha pronunciado en rueda de prensa la portavoz adjunta, Ángela Aguilera, que ha comparecido junto a su homólogo en el grupo, José Ignacio García, y el portavoz parlamentario de Adelante, Antonio Maíllo, después de que haya trascendido un artículo donde Ruiz califica las procesiones de Semana Santa como "desfiles de vanidad y rancio populismo cultural", así como de "espectáculo tenebroso" que ha sido "rescatado de la historia medieval".
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"Desprecia con sus declaraciones a lo que es sencillamente ser pueblo y ser cultura popular", ha sostenido Aguilera, quien ha defendido que, la Semana Santa es una de las tradiciones más importantes de la comunidad "con independencia de lo que se sienta como creencia".


Tras defender que la Semana Santa es una expresión popular, la parlamentaria de la confluencia ha agregado que "alguien que habla de populismo rancio es sencillamente clasista", cuando ha avisado de que es Ruiz "quien tendrá que poner encima de la mesa las políticas para los más débiles". 


Entretanto, respecto a la estructura del nuevo gobierno que comparten el PP-A y Cs en Andalucía, ha lamentado que no cuente con una Consejería independiente de Vivienda, "siendo Andalucía la comunidad donde se producen más desahucios"; así como que tampoco la haya de Medio Ambiente, lamentando que se adhiera a las competencias de agricultura...


Adelante Andalucía, que ve el Ejecutivo de Moreno como un "gobierno Frankenstein" que busca "contentar al PP, a Cs y a Vox" y no satisfacer las necesidades de los andaluces, también ha criticado que hayan unido en el mismo departamento las competencias de Salud y Familias pues, a su juicio, con esto "tiene un objetivo para las mujeres andaluzas planteando que somos hembras de cría, para determinar si vamos a parir o no".

"Cuando se habla de Salud y Familia se está hablando de promocionar la natalidad y controlar el derecho al aborto", ha censurado antes de añadir que este "es un derecho de las mujeres" y que no van a tolerar "volver a la Andalucía sepia, a la que huele a alcanfor". "Reivindicamos y defendemos los derechos de las mujeres, no vamos a dar ni un paso atrás", ha garantizado Aguilera.


Igualmente, la confluencia no está de acuerdo con la unión en la misma Consejería de Hacienda, Industria y Energía, pues cree que la energía debe estar coligada al empleo o al medio ambiente y, por el contrario, con esa distribución "se favorece a las grandes empresas".

La portavoz de Adelante también ha censurado el nombramiento de Alberto García Valera como titular de este departamento pues "tiene un pie en la empresa privada y otro en la pública" por lo que entiende que es como "poner al zorro a cuidar a las gallinas".


Fuente: europapress.es



Naomi Klein: “El gran triunfo del neoliberalismo ha sido convencernos de que no hay alternativa”

Naomi Klein: “El gran triunfo del neoliberalismo ha sido convencernos de que no hay alternativa”

En Decir no, no basta, la investigadora analiza los caminos que precipitaron la elección de Donald Trump y propone alternativas para resistir y crear el futuro donde queremos vivir.
Con cada catástrofe se fortalecen las grandes empresas y se empobrece la democracia. Con cada terremoto, maremoto, megaincendio, guerra, ataque terrorista o golpe de Estado, se utiliza sistemáticamente la desorientación de los ciudadanos para imponer leyes que empeorarán sus derechos. Es lo que Naomi Klein (1970) denominó La doctrina del shock en 2007, un libro indispensable que abarca 40 años de historia -desde Pinochet hasta la caída de la URSS, los primeros días de la invasión a Irak y el huracán Katrina. El libro la catapultó a la fama y hoy es un referente humanista y voz crítica al cambio climático, firma habitual en The New York Times, The Guardian, Le Monde, The New Yorker o London Review of Books.
Se acaba de publicar en español su último libro Decir No, no basta, donde explica “la situación de supermarca en la que se ha convertido Trump hasta ocupar uno de los centros de poder más grandes del mundo, llenando su gobierno con negacionistas del cambio climático que nos sumen en esta situación de crisis permanente para ocultar los intereses de las multinacionales”.
No en vano el libro se lanzó en Barcelona. Su agenda aquí ha incluido un encuentro con la prensa, una charla con la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, y una reunión con Yanis Varoufakis, quien la ha fichado como asesora del DiEM25, el movimiento paneuropeo y transfronterizo que reúne a activistas, políticos y otras figuras como Brian Eno, Slavoj Zizek o Noam Chomsky.
Vivimos tiempos urgentes e inciertos, y para Klein el presidente de EEUU es arte distópico convertido en realidad. “Hemos de entender a Trump como una advertencia para todas las sociedades, como una cultura que celebra la riqueza por encima de todas las cosas, abriendo el gobierno a las corporaciones, privatizando la esfera pública, expandiendo la impunidad para los ricos. Se puede ver en la reciente publicación de los Paradise papers o encarnado en el poderoso Harvey Weinstein, que ejerció el poder sobre las mujeres y que con sus propios espías estaba encima de la ley. ¡Vemos tantos ejemplos de la impunidad de la riqueza en nuestra sociedad! Trump es un síntoma de la crisis pero no la crisis en sí”.
“Trump es otro tipo de Doctrina del Shock”, afirma. “Cuando se produce un shock es cuando aprovechan para introducir muchos cambios y esto es lo que se produjo tras la crisis financiera de 2008. Con Trump es el shock infinito, sin descanso, diseñado para distraer y poder aplicar cambios diarios. Su administración ha hecho un golpe de Estado corporativo. Era exactamente lo contrario de lo que dijo en su campaña, que era tan rico que no necesitaba el dinero de las corporaciones y que iba a hacer frente a Goldman Sacks y todos los lobbies. Prometió proteger el sistema de salud, traer de vuelta los trabajos sindicalizados y no hizo nada de eso. Este gobierno ha sido una mentira. Todas sus políticas han sido las de transferir dinero de la gente normal hacia los más ricos de los más ricos a través de un sistema tributario. Nada de esto es sorprendente”, asegura. En su opinión, lo perturbador es el rol de los medios, más entretenidos en sus tweets y sus “berrinches diarios” que interesados en investigar “todas sus traiciones económicas”.
La autora analiza el crecimiento de los supremacistas blancos, los movimientos etno fascistas, el alza de líderes extremadamente autoritarios y xenófobos como Marine Le Pen (Francia), Narendra Modi (India) o Rodrigo Duterte (Filipinas), y que mezclan el entretenimiento de masas con política. “Creo que tenemos que mirar a las condiciones económicas y las fuerzas dominantes que están produciendo estas crisis: un extremo abuso de poder en desmedro de los más pobres”.
Su libro aparece exactamente un año después de la elección de Trump, “un momento importante para pensar si hemos hecho lo suficiente para contrarrestar esas tendencias subterráneas contra él y sus símiles. Me temo que no. Aún vemos políticas de austeridad pública brutales en Europa que fortalecen a la extrema derecha. En EEUU aún no hay una visión, una idea alternativa a ese mundo de peligros de Trump. Se pone muy poca atención sobre cuál es la visión política que inspirará a la gente para votar por alguien distinto y demasiada energía en un posible impeachment”.

A su juicio, ¿cómo hay que resistir?
-El concepto en solitario es limitado. Claramente que hay que resistir y manifestarse. Mi punto es que el movimiento de resistencia no es suficiente y no nos llevará a las causas reales que nos explicarán el auge de estas ideas, que tienen que ver con el fracaso de las ideas del neoliberalismo a la hora de dar respuesta a las expectativas de las personas. Necesitamos más resistencia pero también un movimiento que transforme desde una resistencia.
Para la periodista canadiense no se puede destinar energía exclusivamente a batallas defensivas. “El No nunca fue una opción. Para mí fue evidente con la crisis financiera de 2008. La resistencia fue muy fuerte y creativa. El movimiento de los indignados en España u Occupy Wall Street en EEUU, que se opusieron a las medidas de austeridad y dijeron ‘No queremos pagar por vuestra crisis’”, recuerda.
Aquellos movimientos no generaron cambios estructurales porque no crearon ninguna narrativa de futuro. “La crisis real era de imaginación. No vimos suficientemente claro eso. El proyecto neoliberal tuvo éxito. Su gran triunfo ha sido convencernos de que sin ellos no hay alternativa”, dice.
El título del libro viene de una discusión que sostuvo con Alexis Tsirpas justo antes de ser electo primer ministro griego, liderando el descontento ante un rescate financiero que hundiría el sistema social del país. “El me decía que con decir No era suficiente. Para mí lo que estaba muy claro era ser creativo para poder proponer soluciones y alternativas. Grecia es un buen ejemplo de los peligros que corremos si no proponemos alternativas y movilizamos a la gente”.

¿Qué ejemplos positivos de cambio destaca?
-El debate que se ha abierto sobre la sanidad. Trump intentó revocar un programa y dejar a millones de americanos sin asistencia sanitaria, pero no pudo. Y ahora las olas de resistencia generadas buscan algo más: sanidad universal, pública y gratuita. Bernie Sanders impulsa esta alternativa y es el político más popular del país, con un proyecto respaldado por 20 senadores. Otra visión esperanzadora es la de Jeremy Corbin en el Reino Unido. En todas las encuestas salía perdedor, y sin embargo el partido Laborista obtuvo el mayor número de votos desde la Segunda Guerra Mundial. Durante la campaña elaboró un manifiesto con una visión muy osada del futuro que incluía una seguridad social gratuita, eliminar las matrículas de las universidades, una transición hacia energías limpias, nacionalizar el sector energético y el ferrocarril. Las personas vieron que ese programa cumplía con sus expectativas”.
Klein no quiere difundir un sentimiento de autocomplacencia del tipo “los americanos están locos y nosotros somos mejores”. “Europa no puede sentirse superior. Trump es tan personaje que los demás se ven como unos santos. Pero mira a Macron en Francia. Se presenta como la alternativa pero sus políticas fiscales son tan pro ricos como las de EEUU. Las políticas de Trump son indignantes, como querer construir un muro con México. No sabemos si lo hará finalmente. Pero actualmente Europa deja morir a miles de refugiados en el mar y permite que un gobierno represor (Turquía) intercepte a las personas y las encierre en campos de concentración para que no entren en Europa. Eso es peor que cualquier cosa que pueda estar haciendo Trump ahora mismo”.
SOBRE EL AUTOR:
Fuente: culto.latercera.com

lunes, 21 de enero de 2019

Presentados en Sevilla DOS gobiernos de la Junta de Andalucía al mismo tiempo.

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Tal como ya pronosticamos, hoy hemos sido testigos de como se han presentado dos gobiernos paralelos de la Junta de Andalucía en Sevilla. 

Por una parte Albert Rivera ha presentado SU gobierno en el Parlamento de Andalucía y Juan Manuel Bonilla ha presentado SU gobierno en el Palacio de san Telmo.

Expectáculo lamentable. Quiere decirse que desde el minuto uno ninguno se fía de ninguno. Veremos en poco tiempo como todos los puestos de confianza (y de no confianza) ocupados por militantes y simpatizantes del PSOE, van a ser sustituidos por una legión de militantes y simpatizantes de PP y Cs, que estamos seguros sumarán más que los que había antes.

A todo esto hay que añadir a esta ecuación, en cuyo resultado sólo hay un perdedor: el pueblo andaluz, la presencia de la extrema derecha, que trae de cabeza a Cs, que dicen que ellos no tienen nada que ver con los acuerdos del PP con VOX, aunque sin esos votos el gobierno de Cs no podía salir; esto hace que los acuerdos a tres bandas aunque no quieran que se visualicen en la realidad son un hecho.

Veremos en mayo como Cs llega a acuerdos con el PSOE tras las elecciones municipales y autonómicas, con los que pretenderá que se olvide cómo han llegado a gobernar en Andalucía con los votos de la extrema derecha, en una especie de expiación del pecado cometido.

Malos tiempos para quienes creemos que la política debe estar al servicio de la ciudadanía. En Andalucía la Junta en vez de al servicio del pueblo andaluz va a estar al servicio de los intereses partidistas de PP y Cs, siempre con el permiso de VOX.


¡Desaparece la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en Andalucía!

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Desde PODEMOS-PRADO DEL REY estamos extraordinariamente preocupados por las consecuencias, dado que somos la puerta del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, de la desaparición de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en Andalucía.

El mundo entero preocupado por las consecuencias del cambio climático, que ya nadie discute, y lo primero que desaparece del nuevo gobierno de la Junta de Andalucía es la Consejería de este tema.

SOBRAN LAS PALABRAS. 

Así que ya sabemos de que van estas criaturitas.


Acta del Círculo de PODEMOS- Prado del Rey (TM11102601).  Prado del Rey Cádiz. Prado del Rey 1 de junio 2020. Reunida la asa...

También puedes consultar: